José María Ezquiaga, máximo responsable del gabinete que redactó el Plan Territorial Insular (PTI), asegura que el texto cuenta con todas las garantías y resta valor a las críticas vertidas por el geógrafo menorquín Gabriel Bagur Alonso. Cabe recordar que el también ingeniero denunciaba que las zonas de riesgo delimitadas por la normativa insular no tenían base técnica.
«Todos los análisis que se realizaron para poder redactar el PTI son ejemplares», asegura Ezquiaga. De hecho, el doctor en arquitectura destaca que «el Plan contó con los mejores profesionales en cada campo. Mi función fue coordinarlos y facilitarles los medios necesarios para que hicieran su labor lo mejor posible».
Rafael Mata, catedrático de geografía de la Universitat Autònoma de Madrid (UAM) y presidente de la Asociación Profesional deGeógrafos Españoles, fue el responsable de todos los aspectos ambientales y paisajísticos del PTIque ahora critica el geógrafo Bagur Alonso. Ezquiaga destaca la profesionalidad y prestigio de Mata destacando que, entre otros méritos, «ha sidoel elegido, por ejemplo, para delimitar los límites de la Patagonia entre Chile y Argentina».
En cuanto a la labor de Mata en relación al PTI -que el propio Mata destaca en su página web personal-, el director del gabinete redactor del PTIsostiene que «se hizo con todas las garantías, y el mejor aval de este hecho es el rigor y la seriedad de los profesionales que acometieron este trabajo».
Más allá de la fiabilidad de los técnicos responsables de cada uno de los ámbitos del PTI -entre los que también figura el abogado Luciano Parejo o el catedrático de Geografía Humana Julio Vinuesa-, José María Ezquiaga recuerda que el texto «fue examinado y revisado tanto por el Consell de Menorca como por el Govern balear, y se emitieron informes. La elaboración de esta norma se basó en la legislación ambiental vigente y en la documentación existente».
Para defender la solidez y fiabilidad del PTI, Ezquiaga recuerda también los diferentes reconocimientos a nivel nacional e internacional que ha cosechado el texto aprobado por el Consell de Menorca en el año 2003. El doctor en arquitectura se pone a disposición del geógrafo menorquín Gabriel Bagur Alonso para aclarar sus dudas, pero le pide «que sitúe el tono de sus discrepancias en el ámbito de la cortesía y el rigor».