En 2010, once empresas de Menorca acudieron a Modacalzado. Ahora, en el Salón Internacional de la Moda de Madrid (MOMAD), que fusiona esta feria y el Salón Internacional de la Moda (SIMM), hay cuatro marcas menorquinas participantes.
Resiste Pons Quintana, en uno de los estands de mayor capacidad de la feria. Las apuestas del creador de Alaior para la próxima temporada son los zapatos para mujer con líneas más refinadas. "Puntas finas y piel noble" son dos de las principales características de sus nuevas creaciones, explican desde Pons Quintana.
"Diseño, comodidad y elegancia". Por estos tres conceptos se decanta Pons Quintana que, en Madrid, contacta con clientes de Georgia y Dubai, entre otros, a la espera de acudir a la feria más importante de Europa, la de Milán, que se celebrará el primer fin de semana de marzo.
Estampados barrocos y cadenas alrededor del calzado añaden originalidad a un zapato totalmente artesanal. "La próxima temporada se llevará mucho al botín corto tobillero", auguran quienes llevan a Madrid más de 250 modelos diferentes.
Flavio Menorca apuesta por zapatos con volúmenes importantes. La piel de potro en algunas de sus creaciones es la novedad de cara a la próxima temporada.
"Apostamos también por zapatos atrevidos", indica Elisa, responsable de la marca, quien anuncia una próxima apertura de tienda en Milán. "Las japonesas también están muy interesadas en nuestras creaciones", reconoce. Las microplataformas y los modelos ligeros son sus otros signos de distinción.
Guelmi, por su parte, innova en telas aportando la charreta, lanas, pelbu y garbo, entre otros materiales. Joan Pons, su responsable, reconoce que hay que cambiar la piel por otros tipos de telas para abaratar el producto en unos momentos de crisis profunda. "Si no, no se puede competir, aunque al final la gente opta por los modelos de zapato tradicional", indica. Sus ventas en la Península son especialmente importantes en Navarra y Fuenterrabía donde cuentan con minoristas que comercializan sus creaciones.
José Canet, de Plumers, es optimista dentro del clima de desesperanza y cierre de muchas empresas del calzado iniciado en 2008. "Por ejemplo, nos han visitado unos clientes noruegos. Es un país en el que se vende. Igualmente, en Francia, Alemania, Bélgica y Holanda hay negocio porque no les ha dañado tanto la crisis como en España", señala, y critica que en nuestro país no se haya apostado por la industria. "Solo se pensó en el turismo y la construcción", afirma.
Plumers apuesta para la próxima temporada de otoño e invierno por "cambios en las formas con puntas finas y puntas redondeadas. Los tacones son voluminosos y se emplean materiales afelpados, aunque impera el material lustroso como búfalo y becerrillo".