El Partido Popular de Maó descargó ayer sobre el PSOE toda la responsabilidad de la controversia generada por la escultura fallida de recuerdo a las víctimas del «Atlante». El equipo de gobierno municipal defendió en el pleno de este miércoles las buenas intenciones de la iniciativa, sobre la que reiteró su renuncia, y solo admitió un error a la hora de comunicar el proyecto a la oposición, ya que los socialistas lo conocieron pocas horas antes de que se hiciera público.
A pesar de las llamadas a la serenidad y la reflexión que hicieron los portavoces Simón Gornés (PP) y Vicenç Tur (PSOE), el debate sobre la cuestión fue un severo cruce de acusaciones. En realidad, de una misma acusación: haber provocado la controversia.
Tur rechazó cualquier responsabilidad en la polémica, «es cien por cien suya». Calificó la iniciativa de «grave error» porque «se equivocaron y mucho, nunca se había generado tanta confrontación de sentimientos» y focalizó el error en haber pasado de la petición de una placa, «que es legítima», a una escultura de 14 metros.
Gornés negó cualquier ánimo de polémica, explicó que la escultura nació porque «quería ser un recuerdo de todos, nacido de una referencia histórica clara». Pasó a relatar otras actuaciones del pasado en las que, a su entender, el PSOE tampoco consultó con nadie, como los cambios de nombres de calles o el homenaje a alcaldes republicanos.
La comisión integrada por políticos y expertos sobre recuerdos históricos que planteó el PSOE mediante moción fue rechazada por el PP que reiteró la oferta de un monumento de consenso a las víctimas de la Guerra Civil. Tur no está por la labor: «Hay que dar tiempo para cerrar las heridas que ahora se han abierto, es difícil reconvertir un anuncio que ha creado tanto dolor en un elemento de consenso». En que hace falta más tiempo para curar heridas también coincide ahora Gornés.
Botella define los hechos como un «genocidio»
El teniente de Alcaldía Salvador Botella también intervino en el debate sobre la escultura del «Atlante» y también atribuyó al PSOE la responsabilidad de la controversia generada, concretamente a sus declaraciones «incendiarias y malintencionadas». Indicó que «ha sido un conflicto que han magnificado (el PSOE) por intereses partidistas» e imputó la actitud de los socialistas al hecho que «les escuece demasiado el genocidio que se produjo en el 'Atlante'».