Ya son 24 las personas que han sido detenidas en Ciutadella por su presunta implicación en la organización «criminal» de estafas a compañías aseguradoras. La Policía Nacional practicó ayer dos nuevas detenciones y anuncia más arrestos para los próximos días hasta hacer pasar por Comisaría a los partícipes en la treintena de episodios de los que, por ahora, se tiene constancia.
Todos los implicados, que han sido puestos en libertad a la espera de comparecer ante la juez instructora, responden al mismo perfil: personas con pocos recursos que accedieron a simular haber sufrido robos y accidentes o que, de común acuerdo con el 'cabecilla' de la trama, Salvador P. B., hinchaban las reclamaciones pertinentes para así cobrar más. Es más, el presunto 'cerebro' ofrecía a los afectados el servicio de un gabinete jurídico en Barcelona para no depender del abogado que las compañías acostumbran a asignar a cada caso.
De hecho, una vez haya culminado la ronda de detenciones en Ciutadella, los agentes que llevan la investigación pretenden dar el salto fuera de la Isla, sobre todo en Barcelona, donde se sospecha que podría extenderse la trama. No obstante, el despacho profesional al que Salvador P. B. derivó la asistencia jurídica de varios casos, Vosseler Advocats, se aprestó ya la semana pasada a desmarcarse de la operación y del proceder del 'cabecilla', con quien dice haber dado por concluida su relación contractual el pasado mes de octubre.
Aunque la Policía puso en marcha la operación en diciembre, algunas aseguradoras sospechaban ya desde meses antes que algo extraño estaba ocurriendo. El repunte al alza de los robos y accidentes de tráfico no solo alarmó a los agentes, sino también a las propias compañías, varias de las cuales pusieron el asunto en manos de detectives privados. «Esto ya nos lo olíamos desde hace tiempo», confirmó ayer el responsable jurídico de una de las aseguradoras.
Según lo relatado hasta ahora por los implicados, Salvador P.B. se encargaba de captar a los clientes y de derivarlos al médico Sergio M. J., quien los desviaba a su vez de la consulta que atiende en la Clínica Juaneda hasta un centro de fisioterapia, que facturaba incluso por sesiones de rehabilitación que nunca se llevaban a cabo. Pero ambos no son los únicos que han declarado ya ante la juez. También lo ha hecho Rubén S. C., responsable del taller mecánico que lleva el nombre de José Hilario, quien ayer volvió a testificar ante la Policía para desmarcarse de la trama y aclarar que, pese a que el negocio sigue llevando su nombre comercial, hace ya tiempo que lo traspasó.