«Antes había unos precios ridículos, pagar siete euros toda la familia para todo el verano no era normal, me parece perfecto que hayan subido las tarifas ya que mantener las instalaciones en buenas condiciones supone un gasto y no todo lo debe asumir el Ayuntamiento». Es la opinión de Esther, una madre que casi cada día acude con sus hijos a la piscina municipal descubierta de Ciutadella, pese al aumento de las tarifas que ha multiplicado por cuatro el precio del bono familiar. Ahora, con la subida, el bono, que permite a toda la familia entrada libre durante el verano, cuesta 32 euros.
No es una opinión excepcional, sino compartida por varios usuarios consultados ayer por este diario. «Antes era demasiado barato, a mí me parece que pagar 32 euros para dos meses y medio sigue siendo barato; ir casi cada día a un bar con piscina y hacer una consumición me saldría mucho más caro», argumenta Antonia, que también va con sus hijos casi a diario a las instalaciones municipales. Igual lo ve Arlette que va a la piscina con sus nietos: «No es caro, y el servicio ahora está mucho mejor», asegura esta menorquina de origen francés, que cree que el Ayuntamiento no debe perder tanto dinero con estas instalaciones.
Pese a ello, sí que se han registrado algunas quejas, sobre todo de los usuarios que pagaban la entrada puntual. Y es que antes la entrada de niño costaba un euro y la de adulto 3; ahora valen 5 y 7 respectivamente. «Utilizar la piscina una hora y media un adulto y dos niños cuesta 17 euros: un atraco descarado», se queja Sebastià, que asegura que no irá más a la piscina.
Otras quejas se refieren al horario: «Ahora abren muy tarde» (a las 12,30 horas del mediodía), comenta un usuario, mientras que otra se lamenta que no haya servicio de bar.
Las tarifas, como ya anunció este periódico en mayo, han subido notablemente. Por ejemplo el bono individual para todo el verano ha pasado de los 3 a los 21 euros.
Todo ello, a falta de datos oficiales, que se harán públicos a final de temporada, ha hecho que haya menos bañistas, según la percepción de los usuarios, algo que también agradecen, ya que «este año hay más tranquilidad».
La concejal de Deportes y Juventud, Inmaculada González argumenta que la decisión de aumentar las tarifas es para reducir el déficit que generan las instalaciones a unas mermadas arcas municipales. «Hay que valorar si vale la pena asumir una inversión para abrir una piscina que está al lado de la playa, cuando puede haber otras inversiones más urgentes», asegura. Y es que el año pasado, tener la piscina abierta en verano al Ayuntamiento le costó 32.000 euros, y solo ingresó 3.000 euros, es decir menos del 10 por ciento. El Consistorio calcula que si hay los mismos usuarios que el año pasado, con las nuevas tarifas, los ingresos este año podrían alcanzar el 50 por ciento del gasto.