Si con algún territorio se sienten plenamente identificados los menorquines, por encima incluso de su comunidad autónoma, es con su propia isla. Uno de los últimos estudios de que se dispone, «La identitat dels illencs» de la Fundación Gadeso, publicado en 2013, indica que un 77 por ciento de los menorquines se siente por encima de todo menorquín, un 22 por ciento balear y un 1 por ciento apuesta por los Països Catalans.
Los vínculos entre Menorca y Catalunya son no obstante muy fuertes. Los menorquines miran hacia la cosmopolita Barcelona como la salida natural hacia el continente, la ciudad en la que estudiar, realizar negocios, visitar al médico, desarrollarse profesionalmente o simplemente ampliar sus posibilidades de ocio, cultura o compras. Lo que allí suceda no deja indiferente a la sociedad isleña, y mucho menos a los menorquines que, instalados en la Ciudad Condal, observan los movimientos sociales y políticos a favor o en contra del referéndum independentista, un debate cuyo desenlace tendrá lugar el día 9 de noviembre, tanto si se celebra o no la consulta.
«Es Diari» ha buscado la opinión de algunos de los menorquines que residen en Barcelona. Enric Marqués, joven músico ciutadellenc, admite sentirse «muy confuso» en torno a la independencia aunque apoya «el derecho a decidir».
Clar que ho som es ciutadellencs de ver. Si no, per què és es català sa nostra llengua pròpia? Només es tracta de recuperar es valor de reconèixer-nos com a tals després des períodes de persecució i criminalització. Però tot arribarà, Marian. Et puc ben assegurar que encara mai cap espanyolista o anticatalanista m'ha sabut respondre a sa pregunta amb que he començat. L'únic que poden fer és inventar-se contes estrafolaris de llengües balears no catalanes que, honestament, només serveixen de consum intern i cavernícoles, ja que ara amb s'era de sa comunicació és impossible enganyar ningú amb una cosa tan evident.