Salvar al sector por la vía de las exportaciones. Es la idea que las cofradías de pescadores de Menorca pusieron ayer sobre la mesa del Consell Insular durante la presentación de una campaña de apoyo al sector que estará dotada con 136.000 euros. Los pescadores dieron la voz de alarma sobre la situación de una actividad que «más allá de dos meses de verano» vive una realidad «insoportable», según denunció Pitu Quintana, el presidente de la Cofradía de Pescadores de Maó, quien reclamó ayuda de la administración para potenciar la comercialización de producto fuera de Menorca.
El gran impedimento para la exportación de pescado y marisco está en el elevado precio del transporte, que encarece la materia prima, una desventaja competitiva que hace que, según explicó Quintana, pese a la buena fama de que gozan las capturas menorquinas, las ventas más allá del perímetro insular sean hoy por hoy «insignificantes». Darle la vuelta a esa situación supondría un importante acicate para un sector que «vive en precario».
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