En septiembre de 2012 el presidente del Consell, Santiago Tadeo, anunciaba una suerte de «pacto de estado» para fusionar la Fundació Destí Menorca y la Fundació Turisme Menorca en un nuevo órgano con mayoría pública bautizado como Foment del Turisme de Menorca. La fórmula anunciada permitía incluir al fin al sector privado en el órgano en el que se toman las decisiones turísticas, algo que no logró el anterior equipo de gobierno y que fue uno de los caballos de batalla del PP en la oposición.
Más de dos años después, el Consell ha aprobado definitivamente los estatutos de esa nueva fundación y la consellera de Turismo, Salomé Cabrera, reconocía ayer que no se ha hecho por la vía de la fusión por impedimentos «jurídicos y técnicos», según la versión de la administración, que fuentes del sector niegan. En un principio se había acordado con la Fundació Turisme Menorca, que en octubre de 2012 daba el visto bueno al proceso, la unión de las composiciones de los patronatos, respetando la representatividad de las distintas voces del sector turístico reflejada en la Fundació Turisme Menorca.
Así se trasladó a la propuesta de modificación estatutaria que se aprobó inicialmente el pasado mes de marzo, que contó con la oposición frontal de la patronal PIME, al entender que sus asociaciones relacionadas con la actividad turística estaban infrarepresentadas. Aquella configuración establecía un representante de CAEB, ASHOME y AVIBA, estas dos últimas adscritas a la primera, otro representante para la Cambra de Comerç y otro para PIME.
Los estatutos que han sido aprobados definitivamente cambian esa composición otorgando otros dos representantes a la patronal PIME, a través de VITURME y de la Asociación Menorquina de Cafeterías, Bares y Restaurantes y estableciendo un equilibrio entre las dos patronales más representativas de la Isla que modifica sustancialmente lo acordado inicialmente para avanzar hacia la fusión.