La Casa del Rey anunció ayer la conclusión del proceso de donación a la Fundación Hesperia de los fondos que el empresario menorquín Juan Ignacio Balada dejó en herencia a don Felipe y doña Letizia, cuando eran Príncipes de Asturias, y a los ocho nietos de los Reyes Juan Carlos y Sofía.
Con el cierre de este proceso se cumple la voluntad de los Reyes de no quedarse con ningún dinero procedente de la herencia recibida en 2009 y de dedicar esos fondos a fines de interés social.
Tras haber destinado a la fundación 368.050 euros, entre ellos los 23.454 euros de beneficios fiscales obtenidos por las deducciones en el IRPF correspondientes a los ingresos entre 2010 y 2012, el proceso de traspaso de la herencia de Balada quedará cerrado cuando se donen los últimos 30.000 euros, como muy tarde en 2016. La Casa del Rey precisó asimismo que don Felipe y doña Letizia han satisfecho 682.544 euros para pagar el impuesto de sucesiones.
El empresario e inversor Juan Ignacio Balada Llabrés, fallecido en 2009, nombró herederos de la mitad de su patrimonio, a partes iguales, a los entonces Príncipes y a los ocho nietos de los Reyes Juan Carlos y Sofía y dispuso además que don Felipe y doña Letizia constituyeran con la otra mitad una fundación de interés general, lo que se materializó en la creación de la Fundación Hesperia.
En cuanto a los nietos, la partición de los inmuebles de la herencia les adjudicó la propiedad común del domicilio de Balada en Ciutadella -que permanece vacía- y 12.092 euros a cada uno, a los que se sumaban 27.295 euros para cada nieto procedentes de la extinción de la sociedad Adalab.