El Consell ha dejado para septiembre, después de las elecciones, la construcción de la rotonda de acceso a la futura planta de escombros de Biniaiet. Se trata de la rotonda «fantasma» que, según Podemos y el GOB, ahora «no lleva a ningún lugar» y que más cuestionada resulta por los grupos de izquierda que, empezando por el PSOE, coinciden en que la eliminarán si recuperan el gobierno y, por tanto, están en condiciones de replantear la reforma de la carretera en marcha entre Maó y Alaior.
Pero el conseller de Movilidad, Luis Alejandre, dice seguir planificando la ejecución de la obra ajeno al ambiente electoral. «Hemos diseñado una carretera pensando en Menorca, no en las elecciones», remarca Alejandre, quien defiende la necesidad de la rotonda de Biniai por ser «la más fácil y barata, pero también necesaria para dar respuesta al tráfico procedente de Talatí y el butano y eliminar un cambio de rasante altamente peligroso».
«Nadie proyecta una carretera pensando en quién está al lado», incide el conseller, quien niega con ello cualquier trato de favor de los promotres de la planta, uno de los cuales es también socio de Dragados en la UTE Mejora Mahón-Alayor que ejecuta las obras de reforma de la general. Pero este argumento no contenta a la izquierda, que ha insistido en pedir que, en caso de ejecutarse, la rotonda no sea financiada con fondos públicos. Consultado por este diario, el constructor Antonio Gomila declinó ayer pronunciarse al respecto.
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