La entrada a gran velocidad al puerto de Maó del «Super Fast Baleares» de Acciona, de 209 metros de eslora, provocó anteayer domingo una brusca 'rissaga', que en apenas minuto y medio hizo agitar las aguas interiores, especialmente en la zona entre Cala Partió y Cala Rata, con la antigua casa Venècia del magnate Richard Branson como testigo.
El hecho de que las aguas en este punto sean poco profundas agravó el fenómeno que, en términos de hidrodinámica, se conoce como 'efecto squat'. El agua empujada por el buque en su avance retorna por los costados hacia la popa y por debajo del casco, llenando el vacío que produce el desplazamiento a lo largo del canal, sobre todo si éste es estrecho. Eso aumenta el tamaño de la ola, de tal forma que la zona por la que discurre primero se vacía y, luego, se llena de agua.
Las imágenes grabadas por un vecino han motivado algunas quejas, ya que no es la primera vez en que se produce una situación parecida. «Peor sería en plena temporada, cuando hay embarcaciones amarradas en este enclave», apuntó este lunes el empresario marítimo José Ignacio Seguí. La velocidad máxima permitida en la zona es de solo tres nudos.
De hecho, la difusión del vídeo en las redes sociales ha permitido conocer un precedente de hace apenas unos días. El jueves, un crucero provocó idéntico efecto frente a la Illa del Rei, llevándose consigo varias de las piraguas y la zodiac del monitor del Club Marítimo que impartía clases a un grupo de menores. Todo quedó en un susto.