Michael Lisovetsky decidió estudiar Finanzas para poder trabajar en banca de inversión, pero, sin saber todavía muy bien cómo, fue apartando su sueño para acabar convirtiéndose en emprendedor. «Una cosa me fue llevando a la otra», bromea este joven de Nueva York con aspecto adolescente, que estos días se encuentra en S'Algar junto a una treintena de emprendedores llegados de todo el mundo para participar en el programa Menorca Millennials.
Al terminar la carrera de Finanzas, Lisovetsky, que ya tenía en marcha diversos proyectos de negocio, se desplazó de Nueva York a San Francisco para estudiar en la Draper University, un conocido programa de cinco semanas dirigido a potenciar el talento emprendedor.
Allí se dio cuenta de que sus ideas de negocio anteriores no tenían demasiada salida en el mercado, así que se puso a darle vueltas a la cabeza para ver si se le ocurría un proyecto mejor. Y un día, mientras hacía ejercicios en el gimnasio y hablaba por el móvil con un amigo suyo que había trabajado cinco años de agente inmobiliario, detectó una nueva oportunidad de mercado: una aplicación móvil que hiciese más fácil y divertida la búsqueda de apartamentos en grandes ciudades como la suya, Nueva York.
Para conseguir que fuera más divertida, Lisovetsky tenía claro que la aplicación debería integrar la tecnología «card swipe», es decir, la tecnología que permitiera descartar o guardar una vivienda con tan solo deslizar el dedo sobre la pantalla hacia la derecha o hacia la izquierda. «Quería ser un equivalente al Tinder para el mercado inmobiliario», aclara Lisovetsky, en referencia a la conocida aplicación móvil para encontrar pareja.
Ilusionado con su nueva idea, al salir del gimnasio, Lisovetsky publicó en su muro de Facebook el siguiente comentario: «He tenido una idea que vale 1.000 millones de dólares». Al cabo de pocos días, recibió un mensaje de un amigo de Nueva York, Jason Marmon, preguntándole de qué se trataba la idea. Lisovetsky le contó su proyecto y en cuestión de meses regresó a Nueva York, se hicieron socios y fundaron «HomeSwipe», una aplicación que permite a sus usuarios almacenar o descartar ofertas de viviendas de alquiler o de compra con sólo deslizar el dedo hacia la derecha o hacia la izquierda, así como chatear con el agente»
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«Lo curioso es que los dos sólo nos conocíamos de Facebook pero nos llevamos muy bien», comenta Lisovetsky mirando de reojo a Marmon, que sólo levanta la mirada de la pantalla del ordenador para ajustarse las gafas o hacer algun comentario al programador del equipo, Daniel Sun. En los próximos días, HomeSwipe tiene previsto lanzar la versión de pago de la aplicación y los tres americanos trabajan a contrarreloj, inmunes al sol radiante y el mar cristalino que tienen a sus espadas.
«Nuestra aplicación va dirigida sobre todo a gente joven», explica Lisovetsky, haciendo una demostración de la aplicación. «La mayoría de nuestros competidores tienen aplicaciones complicadas de usar, utilizan mapas muy confusos para mostrarte la localización de sus viviendas, o te hacen rellenar formularios aburridos.
Nosotros hacemos que la búsqueda de apartamento sea una experiencia fácil y divertida», insiste Lisovetsky. De momento están operativos en Nueva York, con más de 2.000 anuncios de apartamentos de diferentes agentes inmobiliarios y han obtenido más de 22.000 descargas de usuarios. En los próximos meses lanzaran la aplicación para Chicago.
«Nos gustaría aprovechar la estancia en Menorca para tomar contacto con inversores», explica Lisovetsky. Hasta ahora han levantado medio millón de dólares de capital riesgo, la mayoría del inversor Tim Draper, fundador de Draper University, «que creyó que la idea tenía potencial desde el principio», explica el emprendedor.
Draper University es una de las instituciones que colaboran con Menorca Millennials, un programa que ha invitado a la isla a las mejores 20 startups internacionales para que puedan focalizarse al 100 por cien en sus proyectos y presenten sus proyectos ante posibles inversores.