La planta de gestión de residuos voluminosos TIV Menorca está al límite debido al cierre del vertedero de Milà del que pronto se cumplirán seis meses. Rodrigo Carreño, gerente de la empresa, reclama al Consorcio insular de Residuos Urbanos que se aceleren al máximo las obras de reparación de la celda E en Milà y recuerda que, según el Plan Director Sectorial, «la administración debe facilitarnos la actividad», lo que implica poner a disposición el espacio público insular para depositar los restos que no se pueden ya reciclar.
En la nave de TIV Menorca en Maó ya no caben más rechazos, y ahora se van amontonando en el exterior, en una zona asfaltada pero descubierta, ayer completamente mojada por la fuerte lluvia que descargó la tormenta sobre la ciudad. Son entre 350 y 400 toneladas de basura, explica el gerente, que no tienen más salida que Milà o su tratamiento fuera de la Isla, pero a un precio que la empresa dificilmente puede asumir.
En la misma situación se encuentran otras plantas que reciben rechazos de la Isla. Lino Pons, responsable de Triatges Menorca, también afirma que la situación es preocupante, en su caso no tanto por la falta de espacio, «tenemos casi 55.000 metros cuadrados», sino más por el temor de que se declare un incendio.