Hace una semana, Rafa Pons apenas podía hablar. Tenía anginas y la garganta irritada. «Está así porque cada mañana en el trayecto en coche desde Ciutadella hasta S'Algar se pone a reflexionar en voz alta sobre nuestra empresa mientras yo voy medio dormido», bromea Germán Marquès, ingeniero informático de Ciutadella y cofundador de Photopills, una de las star-tups locales invitadas a participar en la primera edición de Menorca Millennials, un programa que ha reunido en la isla durante los últimos 20 días a 20 emprendedores tecnológicos internacionales con inversores y mentores de reconocida influencia.
Photopills es una aplicación móvil que provee a los fotógrafos profesionales de técnicas e instrucciones para calcular la mejor hora, ubicación y momento para captar una imagen. «Sin embargo, en Menorca Millennials he encontrado mucha inspiración, me ha hecho pensar que nos faltaba definir mejor nuestra visión de empresa. No vendemos una app para fotógrafos, vendemos experiencias de vida únicas», dice Rafa con voz ronca. German observa con cara divertida a su amigo, a quien conoce desde la escuela. «Él es el soñador, yo soy el práctico. Nos complementamos bien», comenta Germán, quien tuvo la idea de crear Photopills hace cuatro años.
La historia de Photopills se remonta al año 2011, poco después de que German regresara de un viaje de vacaciones a Egipto, frustrado por no haber logrado sacarle más partido a su nueva cámara Reflex. Empezó a investigar cómo podía aprender a hacer una buena foto de una puesta de sol, o de la salida de la luna, y «sólo encontraba manuales aburridos y complicados de entender», recuerda. Así que empezó a concebir una aplicación móvil para apasiaonados de la fotografía que ofreciera instrumentos necesarios para calcular cuándo, dónde y cómo capturar la mejor fotografía de un instante en concreto. La idea cautivó a Rafa que, cómo él, había regresado a la Isla después de terminar un máster en una de las mejores escuelas de negocio de París para aceptar un puesto de ingeniero civil en el Ayuntamiento de Ciutadella. «Los dos renunciamos a nuestra carrera profesional para ganar en el aspecto personal, pero teníamos pendiente montar algo», admite Marquès, que había dejado su trabajo en una importante empresa de servicios de geolocalización de vehículos en Barcelona.
En los meses siguientes, los dos amigos se volcaron en desarrollar la aplicación. «Me compré libros de astronomía y de otros temas que no entendía, y me puse como un loco a programar», dice Marquès, que admite que el proyecto Photopills fue la mejor terapia para su corazón roto. Tres años después, Photopills tiene ya 28.000 usuarios en más de 100 países, apasionados de la fotografía, sobre todo de EEUU, Alemania y España, pero también de Chile y Angola, dice Rafa. Desde las redes sociales, Rafa y German animan a sus usuarios a compartir sus fotografías, «de manera que sin movernos de Menorca, nosotros también viajamos con ellos, dice German, haciendo una demostración en su móvil de cómo la app calculó hace un par de semanas la ubicación y hora exacta para contemplar la salida de la luna llena, alineada con el far de Favàritx. «Y cuando vas hasta allá y pasa exactamente lo que habías imaginado, se te pone la piel de gallina». La app Photopills está de momento disponible sólo para iPhone y cuesta 10 euros. La star-tup cuenta con un capital inicial de 7.000 euros y de momento no buscan financiación.