Menorca es noticia en el Reino Unido, y la culpa la tiene un bòtil, una botella, con mensaje incluido, que encontró Albert Voltas, un turista catalán de raíces menorquinas, cuando el pasado martes navegaba en kayac con su hija por la costa de Ciutadella. Fue en una cueva de Cala en Forcat, y aunque en un principio no dieron mucha importancia al hallazgo, la insistencia de la pequeña hizo que de repente surgiera una curiosa historia.
La sorpresa llegó al averiguar que la botella tenía dentro una nota firmada por un joven de siete años, Adam Burke, que la había lanzado al mar desde Bangor, en la Costa de Irlanda del Norte. «La historia nos pareció interesante y decidimos investigar y seguir tirando del hilo», relataba ayer Voltas. Así, publicaron los detalles del descubrimiento en varios grupos de Facebook y dos días después una radio irlandesa ya se hacía eco de la curiosa noticia. La historia despertó también el interés de la cadena de televisión BBC, que se puso manos a la obra y no tardó en localizar a Adam Burke y se puso en contacto con Voltas.
Durante la entrevista para la televisión, el joven irlandés, que ahora tiene 20 años, relató al periodista el pasado jueves cómo lanzó la botella al agua durante un viaje a la costa con sus abuelos. «Es alucinante que haya sobrevivido. Y resulta increíble que estas personas hicieran el esfuerzo de compartir lo ocurrido para que la historia llegara de nuevo hasta mí».
Sin embargo, la historia sufrió ayer un giro inesperado y que hace que todo sea un poco menos rocambolesco. Y es que al parecer la botella en cuestión finalmente no viajó las 2.000 millas que separan Bangor de Ciutadella vía marítima y sí en avión. Según la última actualización de la noticia por parte de la BBC, otro joven, de siete años y también llamado Adam Burke, aunque residente en otra localidad irlandesa, Portadown, dice haber tirado el envase en aguas menorquinas a principios de esta semana.
Según ha relatado el padre del pequeño, su hijo acudió hace unas semanas a un festival marítimo en Bangor con unos amigos y prepararon las botellas. «Adam se dio cuenta de que olvidó tirar el envase al mar, y como Portadown no está en la costa, decidimos que lo haríamos durante las vacaciones en Menorca». Por su parte, el otro Adam Burke, también según la BBC, acepta que no es su botella. «Es una coincidencia. Mucha gente lanza envases al mar cuando es joven, especialmente en Bangor», concluye.