El GOB celebró este martes que la Conselleria de Medio Ambiente haya atendido su petición y la tramitación del proyecto de Biniaiet Vell deba reiniciarse por «deficiencias», más aún tratándose de una planta de restos de obra prevista sobre 90.000 metros cuadrados de suelo rústico, que supondrá la eliminación de la pared seca de estos terrenos y que se sitúa entre dos importantes yacimientos arqueológicos, a escasos tres kilómetros del polígono industrial de Maó. Y es allí, en POIMA, donde -entiende la entidad- debería trasladarse la instalación, porque «no parece lógico» ubicarla en rústico «habiendo una enorme cantidad de suelo industrial disponible».
La cuarta fase del polígono -recuerda- «se habilitó con viales, dotación de energía y agua» y comprende una superficie de 430.000 metros cuadrados, «la mayor parte de los cuales aún permanece ociosa». Así que, «si ésta fuera la apuesta, se reducirían mucho las nuevas afectaciones sobre el territorio», no se duplicarían servicios ya existentes «y se situaría la planta de manera más céntrica sobre los tres núcleos de Llevant» (Maó, Sant Lluís y Es Castell).