Los conceptos tradicional y tecnología no están en absoluto reñidos. Al menos así lo defiende, en lo que se refiere a la fabricación del queso artesano, Antoni Carreras, una persona que no se dedica a la elaboración del producto lácteo de forma profesional pero que sin embargo es todo un experto en la materia. «Es mi pasión», confiesa mientras se toma un descanso durante el curso que impartía este jueves en el predio de Son Planes, en Ciutadella, a un grupo de personas relacionadas con el mundo del campo menorquín interesado en formarse en la fabricación de uno de los productos estrella de la despensa menorquina.
Al igual que durante los últimos cinco años, Carreras, jurado de catas del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Mahón- Menorca, se ha puesto al frente de un taller impulsado por la organización agraria FAGME, una cita en la que han participado 31 personas de la Isla, a las que se han sumado otros cinco estudiantes de Ciencias Ambientales de la Universidad Autónoma de Barcelona. Un nuevo éxito de convocatoria, en la que tras las clases teóricas recibidas hace unos días se complementaron este jueves con la gran prueba de fuego, la de la elaboración de queso artesano, ése para el que recuerdan se utiliza lecha cruda.
1.600 litros de leche que sirvieron para preparar cerca de ochenta piezas del producto lácteo. Un proceso guiado por un espíritu formativo muy claro, tal y como explica Carreras, un especialista que se ha formado durante años realizando cursos formativos en distintas provincias de la Península. La idea principal del cursillo, al que asistieron tanto profesionales del sector como personas que se quieren iniciar en la materia, es dar las directrices necesarias para que se introduzcan en el uso de las nuevas tecnologías.
«No se tiene que hacer obligatoriamente como lo elaboraban nuestros abuelos; con la aplicación de nuevas técnicas se pueden obtener resultados mejores», explica el profesor sobre un proceso que actualmente está más controlado y ofrece unas garantías mucho mayores en todos los aspectos. En definitiva, explica el profesor, se trata de poner en práctica unas técnicas que más allá de la calidad también permiten mejorar la productividad. «Mi causa es la de contribuir todo lo que pueda a mejorar el queso de Menorca», concluye Carreras.