La presidenta del Consell, Maite Salord, ha abogado este domingo por una reforma de la Constitución para actualizarla. Salord, en el acto institucional del Día de la Constitución celebrado en la Dirección Insular de la Administración del Estado, ha manifestado que actualizar la Carta Magna "no debe ser visto como un riesgo, sino como un derecho democrático de primer orden".
La presidenta ha argumentado que han pasado 37 años de la aprobación del texto, lo que quiere decir que "más de un 60 por ciento de los votantes actuales no pudieron votarla".
En este sentido, ha manifestado que el "auténtico peligro hoy, sobre la Constitución, es el inmovilismo que olvida que el poder soberano es del pueblo".
Por ello, ha abogado para "crear espacios de convivencia en el que todos los ciudadanos se sienten acogidos y escuchados. Y el marco que tiene que regular la vida en común de los ciudadanos tiene que ser una Constitución flexible, que tiene que atender las demandas de las personas, de los pueblos que forman el Estado español. Sin miedo y a partir de la radicalidad democrática más absoluta que representan las urnas".
López Cerón
Por su parte, el director insular de la Administración del Estado, Javier López Cerón, también ha manifestado que la Carta Magna "no es ningún código petrificado, es un pacto vivo al servicio de la sociedad, que vive y late en ella y con ella".
Eso sí, ha remarcado, "siempre que cuente con el consenso mayoritario de la sociedad española" y que "por encima de divergencias o dificultades, lo esencial es que merece la pena seguir defendiendo nuestra Constitución, sus principios y valores".
"Merece la pena salvaguardar su espíritu de concordia, el que nos anima a dialogar para superar los conflictos; a preferir el acuerdo a la confrontación; a impulsar reformas en vez de fracturas", añadido.
López Cerón ha apelado a que "unidos, todos los españoles alcanzamos la senda de la democracia y el progreso. Unidos, es como podremos seguir avanzando por ella".
Ullastre, anem a pams: a) Com vosté comprendrà, el que va votar i amb la il·lusió que ho va fer, no ens aclareix la validesa actual de la Constitució. b) L'actuació de Juan Carlos de Borbón, de Fernández Miranda, de Suárez, i de tutti quanti s'ha d'entendre en el seu temps: una democràcia de mínims i estrictament vigilada pels militars franquistes. c) La Constitució del 78 és també filla d'aquella època. Va ser una constitució per passar d'un règim dictatorial a un de democràtic possibilitant la reconversió dels quadres franquistes i va estar inevitablement mediatitzada i tutoritzada pels militars. Per sort, ja no vivim en aquella època. Ara podem expressar-nos amb molta major llibertat i no atemorir-nos per un possible cop d'estat. Per això hem d'adequar la constitució als nous reptes socials, polítics i econòmics. Cal una posada al dia, un canvi com el que vosté ens recorda que van fer en el seu dia Suárez, Juan Carlos de Borbón i el propi Cebrian (i molts altres).