Por segundo verano consecutivo, los bares del centro histórico de Ciutadella podrían quedarse sin poder utilizar sus patios interiores como terraza. La modificación urbanística impulsada por el anterior gobierno del PP para eludir la prohibición del Plan Especial del Casco Antiguo aún en vigor ya les impidió usarlos el verano pasado y la tramitación se ha encallado tanto que el proceso administrativo aún tiene, aproximadamente, medio año por delante.
El tiempo que queda para el inicio de la próxima temporada turística es tan justo que los empresarios afectados admiten estar «muy preocupados» por la situación y hasta recelan de las intenciones reales del equipo de gobierno.
El hecho de que el PSM no apoyara en pleno la modificación que ahora se tramita alimenta todavía más estas suspicacias, que la alcaldesa Joana Gomila intentó despejar anteayer, cuando reunió en el Ayuntamiento a los representantes de CAEB, Ciutadella Antiga y la asociación de bares y cafeterías de PIME que le habían mostrado por escrito su inquietud.
«Entendemos que todos los trámites que se siguen son preceptivos, pero advertimos cierta falta de voluntad política», afirma Macià Coll, gerente de los comerciantes de Ciutadella Antiga y uno de los portavoces del colectivo.
Pero la alcaldesa niega que falte voluntad política por su parte, «ya que la modificación es apoyada por la mayoría de la corporación y del equipo de gobierno y nuestro deber es llevarla a cabo. Entiendo la preocupación de los empresarios, pero no se pierde por nosotros. No todo depende del Ayuntamiento».