Un grupo de vecinos del entorno rural de Sant Lluís se ha reunido recientemente con la alcaldesa, Montse Morlà, para tratar de alcanzar una solución al servicio de correos del municipio que ha dejado de efectuar el reparto más allá del casco urbano de la población.
Desde principios de año, Correos ya no acude a las urbanizaciones, lo que afecta a centenares de personas que viven en casas de campo, como sucede en los diferentes caminos vecinales del término de Sant Lluís.
En la reunión con la alcaldesa, según ha explicado Ana González, una de las afectadas , ésta les propuso la instalación de una pequeña estructura en la que se agruparan los buzones correspondientes a las casas de cada zona, donde podrían acudir los vecinos a diario para recoger su correspondencia. Eso sí, tal como ocurre en el resto de la Isla, deberán ser los propios vecinos los que aporten 50 euros cada uno para la compra e instalación del buzón, mientras que la estructura correría a cargo del Ayuntamiento.
Esa es la única alternativa posible a la de tener que acudir a la oficina de Correos que existe en la población, que solo abre en horario matinal, para recoger la correspondencia.
Ana González reclama «el derecho a recibir las cartas como cualquier otro ciudadano», y lamenta que «no me den una solución más que pagar otro buzón porque por mis circunstancias personales yo no puedo ir a recoger las cartas en el horario en que la oficina está abierta». Su enojo fue a más ayer cuando encontró la oficina cerrada por baja de la administrativa que la atiende.