La crisis económica ha desvanecido toda expectativa de negocio de Gel-Fux, la sociedad beneficiaria de las permutas que investiga el Juzgado en Ciutadella y que no ha vuelto a cerrar ninguna operación relevante desde que en octubre de 2006 ganó 1,1 millones al revenderle tres veces más caro a la promotora Fbex el solar que ésta le acababa de ceder al Ayuntamiento en Dalt Sa Quintana.
Desde entonces, ni se ha desarrollado urbanísticamente la zona lindante con la carretera de Santandria y la Ronda Sur donde los socios de Gel-Fux eran propietarios de la única parcela con uso de gasolinera, ni ha llegado a ejecutarse la ampliación del polígono industrial en 380.000 metros cuadrados, que a través de diversas sociedades ostentan de forma mayoritaria.
Ni siquiera el preciado solar de «la joya de la corona», que el entramado societario participado por los hermanos Cavaller Gener y Fernando Orfila ambicionaba desde que el Ayuntamiento se lo quedó en 1998 (y con cuya permuta el municipio perdió presuntamente 939.386 euros más), ha acabado siendo el mayúsculo 'pelotazo' que se presuponía.
El complejo residencial de 40 viviendas, 53 garajes y cuatro trasteros en primera línea del Paseo Marítimo no ha encontrado eventuales compradores con cierto poder adquisitivo que pudieran pagar el alto precio que, en pleno boom inmobiliario, iba a pedirse por cada apartamento.
Las obras empezaron en 2007. Con la construcción ya avanzada, a finales de 2008 se inscribió en el Registro la obra nueva y la división horizontal realizada y se valoró el bloque de viviendas en 5.802.106 euros, 2,8 millones superior al valor que se le había dado antes de edificar.
Pero la crisis, primero, y la afectación parcial del edificio por el nuevo deslinde de Costas de 2009, después, frenaron de golpe las previsiones de la promotora. Tanto que la licencia caducó y las obras se interrumpieron durante dos años hasta que, con el litigio judicial con Costas aún por resolver, el Consell autorizó que los trabajos concluyeran. Finalmente, el Tribunal Supremo anuló en 2014 el deslinde del tramo de costa que afectaba a «la joya de la corona» y avaló que la franja de protección es de 20 metros y no de 100, como defendía el Estado.
Pese a ello, el mercado inmobiliario ha permanecido durante todo este tiempo tan estancado que apenas ha podido darse salida a la promoción. El precio de la vivienda se ha devaluado y el 60 por ciento del complejo todavía no ha podido venderse. 59 de los 97 elementos (incluidas viviendas, garajes y trasteros) aún permanecen incritos en el Registro de la Propiedad de Ciutadella a nombre de Gel-Fux.
La consecuencia es que el pasivo no corriente de la sociedad se elevó en 2012 hasta los siete millones y medio y cerró el ejercicio de 2014 con una deuda próxima a los 5,6 millones. Según su balance fiscal, debe más de lo que tiene.