La Fundació Rubió ha iniciado negociaciones con otra entidad cultural europea para colaborar en el desarrollo de actividades con la finca de Mongofra Nou, su sede social y antigua residencia del mecenas menorquín Fernando Rubió, como escenario. Unos contactos sobre el futuro de Mongofra que el presidente de la Fundació, Albert Moragues, no niega pero sobre los que es extremadamente cauto; solo avanza que el proyecto sobre el que se trabaja asume y respeta -porque además así se estipula en sentencia judicial-, el derecho al uso de la finca por parte de la familia del fundador, Fernando Rubió, siempre que se programen esos días de disfrute con un mes de antelación.
Los contactos van dirigidos a potenciar la actividad cultural y artística de la Fundació Rubió y no a dar un uso turístico a la finca de Mongofra, señalaron fuentes próximas a esta negociación, que descartaron que pudiera convertirse en hotel. La entidad europea y de proyección internacional se trataría de una sociedad con sede en una población próxima a París, con intereses en ámbitos como el desarrollo agrícola, la cultura y el arte. Actualmente se dialoga sobre las condiciones de una colaboración con el objetivo de que Mongofra sea un referente internacional.
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Cuidado que las fundaciones, generalmente, son sin animos de lucro, y los fondos de inversión contratados en su día por la mujer de uno de los patronos, tienen escasa rentabilidad, eso si, la comisión persiste mientras se mantenga el fondo. Lo mejor, invertir en piscifactoría, de ello tienen alguno de ellos experiencia.