Cinco meses de deliberaciones y tres informes técnicos llevaron a la decisión de talar los pinos de la zona anexa al polideportivo municipal de Maó. Una decisión «dolorosa», reconoce la alcaldesa Conxa Juanola en un comunicado hecho público en la web del Consistorio, pero que se tomó por motivos de seguridad y debido al mal estado de los árboles.
Juanola entiende que la cuestión «toca, como es muy normal, la sensibilidad de la gente» pero explica que cuando llegó a la alcaldía se encontró el pinar clausurado por seguridad, una medida que adoptó el anterior equipo de gobierno del PP pero que, recalca, no aportó alternativas.
El Ayuntamiento solicitó un informe a los técnicos municipales y otro a la Conselleria de Medio Ambiente; ambos coincidieron en aconsejar la tala de los pinos, en edad madura y decadencia y con una mala calidad del suelo. También el técnico externo Pere Fraga coincidió en el diagnóstico.
En el lugar de los pinos se plantarán 27 unidades de arbolado pero diverso, un total de ocho especies, más adaptadas al terreno, con una combinación de crecimiento lento y rápido y resistencia al viento: robles, moreras, plataneros de sombra o encinas. La diversidad también implica menos riesgo de patologías, señala la alcaldesa, quien también aprovecha para recordar al PP que no dejó ningún informe o recomendación sobre la zona.