Hacen falta familias que quieran compartir el verano con los niños saharauis procedentes del campo de refugiados de Tindouf. Menorca tenía asignados diez niños para que pasaran sus vacaciones en la Isla, en el marco del programa Vacances en Pau, de la Associació d'Amics del Poble Sahrauí. Sin embargo, tan solo seis familias se han mostrado dispuestas ha acoger a estos jóvenes, por lo que los otros cuatro se han quedado en Mallorca, donde sí hay suficientes familias de acogida.
Durante los últimos años, habían llegado una decena de niños, si bien es cierto que, desde la delegación insular de la entidad organizadora, reconocen que cada vez cuesta más encontrar familias. Uno de los representantes, Martí Carbonell, lamenta que «hemos hecho un esfuerzo muy grande durante meses, pero no ha sido posible».
La causas pueden ser varias. Entre ellas, el hecho de que muchos encuentran trabajo durante el verano y también «los cambios generacionales, a la gente ya no le interesa tanto un conflicto que dura 40 años, es una causa olvidada», señala Carbonell.
Dos meses por delante
Los seis niños llegaron este domingo por la mañana, después de que un vuelo charter les dejara en Palma pasada la una de la madrugada. Todos repiten de otros años y dos familias se estrenan. Por delante tienen dos meses para pasarlo bien y conocerse, y también para recibir atenciones médicas, sobre todo odontológicas y oftalmológicas, y disfrutar de una buena alimentación que les permita recuperar algunas carencias nutritivas.
El próximo día 16 se reencontrarán para pasar el día en un parque acuático de Cala en Blanes.