La Reserva de la Biosfera de Menorca se someterá a finales de año al examen de la Unesco con motivo de su segunda década de existencia con algunas asignaturas algo flojas. La inquietud por la calificación que pueda obtener la Isla en cuestiones como los recursos hídricos, la generación de energía o el tratamiento de residuos fue expresada por los representantes del Consell en una reciente visita a la planta fotovoltaica de Son Salomó. Hay motivos para no estar cien por cien tranquilos.
El informe ha conllevado más de medio año de intenso trabajo. Incluye una gran cantidad de indicadores, hasta reunir unos 300 folios. El texto ha sido presentado ya al consejo científico español del programa MaB, que ha emitido un dictamen que deberá someterse en septiembre a la consideración del comité español , para pasar, ya a finales de año, a París. En el Consell aplazan cualquier valoración sobre el contenido del informe hasta disponer de este feed back del Consejo Internacional de Coordinación del Programa Mab.
El examen de 2006 indicaba que la Reserva de la Biosfera de Menorca «puede considerarse como un ejemplo a seguir», aunque había algunas advertencias de cuya resolución también hay dudas. Por un lado, se avisaba de que el proyecto del dique y puerto deportivo de Ciutadella no encajaba. En el Consell se confía en que la reconducción del proyecto que se acabó realizando sea suficiente para que no suponga un hándicap. También formuló la Unesco la propuesta de «extender los límites de la Reserva incorporando una franja marítima perimetral», algo en lo que se ha avanzado pero sin consumar. Y avisó de que iba a poner la lupa sobre la ampliación del Aeropuerto, inaugurada en 2009.
No obstante, los temores expresados en Son Salomó a que de París llegue un apercibimiento están bien fundamentados y proceden, entre otras, de la parte ambiental en cuanto a recursos y residuos. Desde 2006 a la actualidad las cifras no han mejorado en absoluto. El tratamiento y la calidad del agua están a niveles bajos, las energías renovables siguen siendo testimoniales y el volumen de residuos reciclados en origen no ha cambiado un ápice. Además, pese a que la protección del territorio continúa siendo muy elevada, la gestión que se hace del mismo se continúa limitando al Parc Natural de S'Albufera des Grau.
Aún así, el informe de evaluación que exige la Unesco contempla muchos otros factores de carácter social, económico, cultural, en los que Menorca puede demostrar potencialidades. En el temor del Consell subyace también el hecho que la Unesco pueda aplicar en estos momentos criterios de evaluación más exigentes que en 2006, puesto que se ha incrementado el número de reservas en el mundo (más de 600). Ya se han producido las primeras bajas.