El departamento balear de Medio Ambiente todavía no ha tomado una decisión en relación a las toneladas de fangos contaminados que se acumulan en dos de las lagunas que forman parte de la antigua depuradora de Ferreries.
Si hace unos meses todo parecía indicar que la preferencia de la Conselleria era encargar un sarcófago en el que enterrar los lodos tóxicos, la posibilidad de enviarlos a la península para que sean tratados en una planta especializada ha ganado fuerza en las últimas horas, tras las reuniones mantenidas en Menorca con el alcalde de Ferreries, Josep Carreres, en el marco del programa Agenda 21. «Se determinará en función del precio y aquello que ofrezca máxima seguridad y menor riesgo», aseveró este miércoles el conseller de Medio Ambiente, Vicenç Vidal, durante la visita a la nueva depuradora de aguas residuales de Ferreries, ubicada junto a las lagunas contaminadas.
Se han encargado estudios para determinar el coste de ambas alternativas. Aún sin ser definitivos, el Govern estima que sellar los residuos y enterrarlos supondría algo más de 1,5 millones de euros, mientras que sacarlos fuera de la Isla en barco requeriría una inversión de alrededor de 2,3 millones de euros.
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