La transición energética es una cuestión de décadas, por eso se establece como objetivo a largo plazo, para el año 2050, que el consumo de energía en Menorca proceda al 100 por cien de fuentes renovables. Mientras se avanza por este camino, la incorporación del gas natural será una mejora por la reducción de las emisiones de CO2 y por un menor coste económico. Esta es la principal conclusión del Foro Menorca Gas Natural, que se celebró ayer por la tarde en la sede del Consell. Esta idea fue defendida por el conseller balear de Territorio, Energía y Movilidad, Marc Pons, que clausuró la sesión, y también por los ponentes que intervinieron.
El Foro, organizado conjuntamente por Gas Natural Fenosa y MENORCA l «Es Diari», consiguió una buena respuesta de público, interesado por un proyecto que, si se cumplen las últimas previsiones, a lo largo de 2017 llevará a cabo los primeros servicios de suministro.
la experiencia
El acto fue presentado por el editor del periódico, Josep Pons Fraga, y moderado por el director Josep Bagur. El director general de Negocios Regulados de Gas Natural, Antoni Peris, intervino al inicio para asegurar que el proyecto está en la fase final de las autorizaciones, desde que en marzo de 2015. Después Marc Pons apuntó que Gas Natural está dando respuesta a las peticiones de los alcaldes, entre ellas el cambio de ubicación de las plantas de distribución de Maó y Ciutadella.
Antoni Peris destacó la experiencia de su compañía, que suministra gas a 1.200 municipios en España. Y recordó los datos de Menorca: pretenden llegar a más de 40.000 viviendas, en los 8 municipios y numerosos núcleos turísticos, con una inversión de 30 millones y unas 500 personas trabajando en el momento de mayor actividad en la ejecución de las obras. Aseguró que Gas Natural, también con su fundación, está comprometida con la conservación del medio ambiente.
Marc Pons, que considera que el gas «es una buena opción para Menorca» mientras se avanza en el objetivo de 2050, reconoció que «empezamos tarde» y lamentó que Balears en su conjunto sean una de las zonas españolas y europeas que más contamina. Apuntó que la central eléctrica también debería cambiar al gas.
Marc Pons pide que el gas se utilice en la central eléctrica
El proyecto de Gas Natural, que obtuvo la concesión del Govern el 5 de marzo de 2015, pretende la canalización terrestre por los ocho municipios, las principales urbanizaciones turísticas y los polígonos industriales .Ayer se planteó la idea de aplicar el gas a otras actividades, principalmente al transporte marítimo y al central eléctrica de la Colársega. El conseller Marc Pons pidió esta ampliación de usos, para que realmente la reducción de emisiones contaminantes sea mucho más importante. El responsable balear de energía puso sobre la mesa el contraste «entre una isla que ama la naturaleza» y el volumen actual de generación de C02. Cree que en 2020 se puede dar el salto del 3% de la energía procedente de fuentes renovables al 20 «si se materializa el proyecto fotovoltaico de Son Salomó». El conseller también espera de Gas Natural una actuación «transversal» para que el gas llegue también a la industria y al transporte.
«El gas natural es una palanca en el camino de la transición energética»
Rafael Agudo, socio de la empresa de consultoría The Boston Consulting Group, lanzó ayer un mensaje claro para empezar su intervención: «La transición energética no es una broma». Agudo, acostumbrado a trabajar en la asesoría en cuestiones de eficiencia energética, defendió el papel del gas natural como «una alternativa para ir mejorando, una palanca en el camino de la transición energética», que debe implicar tanto a los particulares, que deben modificar sus hábitos de consumo, las administraciones, que deben propiciar un marco regulatorio, los empresarios, con las inversiones necesarias, los municipios, con una labor de concienciación, y los bancos, que deben facilitar la financiación: «La transición energética hacia las energías renovables nos llevará décadas y el gas natural puede complementar a las renovables en ese proceso», afirmó. Pero, ¿qué papel debe jugar el gas en ese proceso? Según explicó, debe incidir la generación de energía, sirviendo de soporte cuando las condiciones meteorológicas frenan la producción de renovables; en el transporte, reduciendo las emisiones de CO2, y en el ámbito industrial y residencial ve esta fuente energética como la más viable en el tránsito hacia las renovables.
«Los barcos de pasajeros son los ideales para pasarse al gas natural»
Con una imagen de Nueva Delhi, la ciudad más contaminada del mundo, arrancó su intervención José Andrés Giménez, director de Sostenibilidad y Seguridad de la Fundación Valenciaport. Su visión, la de un experto en los procesos de transición energética en el sector marítimo. Su mensaje, «el gas natural es el mejor candidato para liderar esa transición en el sector». Para sustentar esa afirmación explicó algunas de las características de esta fuente de energía: «Es el combustible fósil más limpio, tiene un precio competitivo frente a los combustibles tradicionales y una cadena de producción, transporte y aprovisionamiento muy desarrollada». Giménez explicó que el gas licuado «prácticamente elimina las emisiones de azufre y reduce un 25 por ciento las de CO2», lo que ha hecho que muchas compañías lo hayan utilizado para ajustarse a las crecientes restricciones de emisiones en el sector. Explicó que «actualmente hay 78 barcos que usan gas natural licuado, principalmente en el norte de Europa y la mayoría son de transporte de pasajeros». En ese sentido, defendió que «estos barcos son los ideales para pasarse al gas natural» porque se mueven en trayectos regulares. Para sumar cada vez más barcos que se muevan con gas, explicó, deben ofrecerse instalaciones para la recarga en los puertos y viceversa.
«Nuestra marca es la naturaleza y el gas ha tenido gran aceptación»
Imágenes del Parque Natural de Montgrí, Illes Medes y Baix Ter abrieron la intervención del ex alcalde de Torroella de Montgrí-L'Estartit, Josep Ferrer, que se encargó de explicar qué supuso la implantación del gas natural en un municipio que, guardando las distancias, tiene muchas similitudes con Menorca: «Nuestra marca es la naturaleza y queremos que las infraestructuras se hagan de forma correcta», destacó el histórico alcalde que ahora trabaja en el Ayuntamiento de Girona y que aseguró que «la llegada del gas natural en 2002 tuvo una gran aceptación tanto entre las familias, como entre las empresas». Es el municipio menos masificado turísticamente de la Costa Brava catalana y vive principalmente del turismo, vendiendo sus atractivos naturales, lo que no ha impedido que la llegada del gas, que «nos diera la libertad de decidir», se haya percibido como «una mejora del bienestar y de la calidad de vida», además de «un recurso para que las empresas reduzcan costes». Explicó como hoteles, campings y otras empresas se han sumado a esta fuente de energía. Ferrer realizó un recorrido histórico de un proceso que, como está previsto en Menorca, se realizó por fases y que arrancó a finales del siglo pasado tras un largo proceso administrativo: «La llegada fue un acontecimiento alegre, una buena noticia».
«El gas nos hace ahorrar 74.000 euros al año y contaminamos menos»
El testimonio más cercano sobre lo que supone pasarse al gas natural para una empresa lo ofreció Jorge Buxó, ingeniero industrial que ejerce como coordinador de seguridad y medio ambiente de Quesería Menorquina, la histórica fábrica mahonesa que desde 2014 funciona con gas natural. Buxó presentó los resultados de esa decisión estratégica, tanto en el ámbito económico, como en el medioambiental: «En 2013 consumíamos 285.000 kilos de propano al año, lo que suponía un gasto de 286.000 euros. Con el cambio al gas pasamos a gastar 215.000 euros, una reducción del 24 por ciento, 71.000 euros que tienen mucha incidencia en la cuenta de resultados». En cuanto a las emisiones de CO2, explicó que consiguieron reducirlas en 65.237 kilos de CO2 al año, «lo que equivale a plantar cada año 1.673 árboles». Buxó aseguró que «nuestra experiencia es exportable al resto de la Isla» (de hecho Coinga también funciona con gas natural) y explicó los beneficios de la gasificación de toda la Isla, lo que les permitiría dejar de tener que recibir gas por vía marítima, con los problemas que esa operación conlleva por los habituales cierres en los puertos por cuestiones meteorológicas. También les supondría una ganancia de espacio, el que ocupa el tanque donde se conserva el gas, y la posibilidad de pagar el gas después de ser usado y no antes, como ahora.