Sara Trujillo tiene 27 años. Estaba en el paro y sin derecho a prestación cuando le salió la oportunidad de sumarse a uno de los proyectos de Garantía Juvenil que puso en marcha el Govern. Tras un año de contrato en el Ayuntamiento de Maó, esta joven fue a apuntarse a las listas de desempleo con la sorpresa de que «no tenemos derecho a ningún tipo de ayuda». La situación, dice, no es puntual ni única. Los otros 19 compañeros que han formado parte del programa de Garantía Juvenil de Maó están en la misma situación, indica. Y Trujillo añade que esta circunstancia se va a repetir entre los jóvenes de los otros municipios y también del Consell, que también se sumaron a la iniciativa. Algunos aún no han concluido el programa, por lo que «la sorpresa» se la encontrarán en unos meses. «Hemos acabado el programa con una mano delante y otra detrás», asegura Trujillo.
El colectivo está en pie de guerra. Pide soluciones. Considera que «nos han engañado» porque nos prometieron que el programa incluía trabajo, formación y acceso a una ayuda una vez concluido este contrato. Trujillo indica que «si llego a saber esto, me hubiera planteado si me compensaba más un trabajo de temporada» que le permitiera cotizar y, por tanto, acceder a algún tipo de ayuda económica una vez concluido el contrato.