El abogado del exconcejal de Urbanismo de Ciutadella, Avel·lí Casasnovas, negó ayer que los dos socios de Nerer que debían declarar el viernes ante la juez que investiga el presunto caso de corrupción en esta operación inmobiliaria acusaran a su defendido de estar compinchado con Gel-Fux, la empresa que finalmente se hizo con los terrenos municipales conocidos como la 'joya de la corona'.
A pesar de que ambos se ratificaron en el contenido de su declaración ante la Fiscalía Anticorrupción, Xavier Lluís Lázaro afirmó que el único de los socios que completó su relato ante la juez dijo que «en ningún momento había sido amenazado ni coaccionado» por Avel·lí Casasnovas y que «solo lo vio una vez» cuando se publicó en la prensa insular la intención de adquirir el Ayuntamiento de Ciutadella el palau Saura Morell, propiedad de Nerer.
El letrado explicó que fue dicho socio el que se desplazó como administrador de la sociedad al Ayuntamiento interesándose por esa intención municipal. Preguntado sobre el precio en el que se fijó la operación, esgrimió la tasación efectuada por Tinsa, empresa de la que destaca su solvencia y recuerda que acomete el 35 por ciento de todas las valoraciones oficiales inmobiliaria en España.
«En ningún momento se dijo en la declaración ante la juez que Avel·lí Casasnovas le dictó el precio», abundó Xavier Lluís Lázaro, «circunstancia que se entiende porque ambos solo se vieron una vez». El abogado pedirá el sobreseimiento de los delitos que se le imputan a su cliente.
La juez Loreto Arroyo investiga en este caso el perjuicio de 2,3 millones de euros ocasionado a las arcas del Ayuntamiento de Ciutadella por las dos permutas aprobadas durante el gobierno de Llorenç Brondo en 2006. El viernes, después de casi dos años de instrucción, dio por finalizada la fase de declaraciones.
Los socios de Nerer explicaron ante la Guardia Civil y la Fiscalía Anticorrupción —declaración que ratificaron el viernes ante la juez— que tenían intención de construir un hotel en el edificio de Can Saura Morell que habían adquirido por dos millones de euros en 2004, pero que finalmente desistieron del plan por las presiones recibidas.
Según el testimonio de José María Vilanova, el Ayuntamiento les puso trabas para conceder las licencias necesarias ya que el Consistorio quería hacerse con el edificio. Ante ello, decidieron permutar el inmueble por el solar de la 'joya de la corona', valorado en tres millones de euros, es decir un millón de euros más, de allí el perjuicio al Ayuntamiento.
El mismo día que se oficializó ante notario la permuta (17 de marzo de 2006), Nerer vendió a Gel-Fux la parcela por ese precio. Pasaron un año y tres meses hasta que la operación fue inscrita en el Registro de la Propiedad.