Menorca sigue siendo objeto de deseo de los inversores franceses. El último caso es la reciente adquisición de la totalidad de acciones de la sociedad Al Parico S.A, propietaria de la histórica finca rústica del mismo nombre ubicada en Macarella, por parte de capital galo.
Pese a que el precio de la compraventa no ha trascendido, cabe recordar que se trata de una finca de más 1.700.000 metros cuadrados, de los cuales algo más de 4.000 están construidos.
Las viviendas se han rehabilitado en diversas ocasiones. La última, en 2014, cuando se reformaron integralmente los casats, se renovaron las fachadas interiores y se reconstruyeron los edificios anexos, incluido la capilla. Todo para convertir la finca en una residencia de súper lujo. Entre otras comodidades, la finca cuenta con una pista de tenis, unos establos, un almacén y también una pista de doma.
Además de sus grandes dimensiones, su principal atractivo es su ubicación en un paraje rodeado de naturaleza y a muy poca distancia de la emblemática playa de Macarella. Son dos características muy valoradas por el recién llegado turismo francés de alto poder adquisitivo, que ven como en fincas de este tipo pueden gozar de la tranquilidad y el anonimato que no les proporciona Francia. La operación, que ha gestionado la inmobiliaria Bonnin Sansó, se ha llevado con total discreción para tratar de evitar a toda costa que las negociaciones salieran a la luz.