Los retos de verdad son los ambiciosos y comienzan por la convicción propia, como la que expresa Nel Martí, elegido el domingo coordinador de Més per Menorca. Convertir esta fuerza en la primera referencia de la izquierda menorquina es el objetivo.
«Hemos pasado de una situación de coalición, instrumento electoral, a un partido, instrumento político más potente», explica tras asumir sin oposición el liderazgo de la organización. El calendario para el cambio está justificado, han pasado dos años del exitoso estreno de la coalición y quedan otros dos para el debut electoral.
Se pone en marcha la maquinaria para organizar el proceso de primarias que determinarán los candidatos, para elaborar el programa electoral y sobre todo, afinar la estrategia, «hemos de dotar de músculo al partido, lo que supone implicar a más gente en un proyecto que se caracteriza por la representación amplia y la igualdad de un militante, un voto», explica el primer coordinador.
La ausencia de liderazgo, que Martí ha suplido más que nadie dada su condición de portavoz parlamentario, ha ralentizado la toma de decisiones en momentos como el de la crisis de Govern de hace dos meses, además de otras circunstancias en las que la agilidad de respuesta se ha convertido en norma del funcionamiento político actual, «en conflictos como el vivido nos dará más fuerza», explica.
Momento dulce
La pervivencia de los tres partidos políticos (PSM, ER-Menorca y Equo-Verds) no cree que perjudique el proyecto, «estamos convencidos del paso adelante, tenemos identidad, vivimos un momento dulce, de calma, la elección ha sido por unanimidad, la convivencia no ha sido un problema y no lo será, la convivencia enriquece», argumenta.
Ser hegemónicos en la izquierda es el objetivo lógico de la unión y de la experiencia adquirida, aunque perfiere utilizar la expresión «referentes en la izquierda, representantes del menorquinismo», afirma, consciente de que ha de «mantener las relaciones y las responsabilidades compartidas en las instituciones» con otros partidos como sucede ahora y ha sucedido en las últimas cuatro décadas.
Destaca las coincidencias ideológicas y el bagaje acumulado, pero pone el acento en la autonomía de Més per Menorca, frente a la organización del resto de formaciones con decisiones que se toman fuera, «no dependemos de nadie y el insularismo ha de ser un factor clave en el futuro político», afirma.