La legislación que articula el funcionamiento de las administraciones públicas en España tiene un perfil presidencialista. De este modo, el alcalde de un ayuntamiento tiene en su mano todas las atribuciones legales para poder llevar en solitario la gestión municipal, más allá de las dificultades que, por pequeña que sea la población, esto acarrea.
La renuncia a sus áreas de gestión formalizada el lunes por la mañana por los otros cinco concejales del PSOE de Es Migjorn Gran deja a Pere Moll en un escenario insólito, muy poco frecuente. Suyas son todas las competencias del Consistorio. Es complicado poder dar con un caso similar en el conjunto de España.
Moll prefirió este martes guardar silencio respecto de la decisión de Ana-Britt Sánchez, Mar Ameller, Raquel Al·lès, Salvador Conesa y José Triay. Ni confirma ni desmiente nada. La renuncia de los ediles le ha pillado fuera de la Isla por motivos personales relacionados con la salud de un familiar, por lo que nadie lleva ahora las riendas presenciales del Consistorio.