El Gobierno, a través del director general de Patrimonio o de la embajadora de España ante la Unesco, intervendrá en el Comité del Patromonio Mundial de la Unesco que se reúne del 5 al 9 de julio en Cracovia y confirmará la candidatura de Menorca Talayótica. En ese encuentro debería haber tenido lugar la aprobación del expediente menorquín.
La decisión de acudir a esa cita al más alto nivel de representación política y diplomática española se acordó ayer en la reunión celebrada por la tarde en Madrid en la sede del Ministerio de Cultura. Entre otros participaron el director general de Bellas Artes, Luis Lafuente, y la subdirectora general de Patrimonio, Elisa de Cabo, el conseller menorquín Miquel Àngel Maria y el director insular Antoni Ferrer.
Además de analizar a fondo el informe y las posibilidades de reformular el expediente, como sugiere Icomos, se abordó la estrategia para seguir adelante desde la unanimidad en dar continuidad a la candidatura. Ello implica que el Ministerio la mantiene en su agenda como apuesta española.
La segunda acción pasa por la capital polaca. Además de escuchar los argumentos del instituto del patrimonio mundial, se podrán establecer contactos directos con Icomos internacional y fructíferas negociaciones de pasillos. Tras la lectura y debate del informe sobre Menorca Talayótica podrá intervenir un representante de la cantidatura española y se dará a conocer la decisión de reformularla.
Antes de acudir a esa cita, «hablaremos con Icomos para que sean más explícitos y concretos en sus recomendaciones», explica el conseller Miquel Maria, «que sean ellos quienes digan hacia donde orientamos la candidatura».
El siguiente paso está marcado en el calendario en octubre, fecha en la que se celebrará el Consejo Nacional de Patrimonio Histórico. Será cuando se formule la propopuesta y cuando se elijan el coordinador y los asesores, «que serán de Icomos o de su entorno», adelanta el conseller «para que además informen de cómo va el proceso y estar más seguros».
El caso de Menorca no es el primero en recibir un revés de la Unesco. El organismo internacional ha endurecido las condiciones para la declaración de patrimonio mundial para evitar que se convierta en una etiqueta turística cuando el objetivo real es salvaguardar ese patrimonio.