La saturación que están registrando las zonas de estacionamiento de las playas vírgenes del sur de Ciutadella -Cala en Turqueta, Macarella y Son Saura- durante el arranque de la temporada alta vivió ayer un nuevo episodio. Un grupo de turistas que intentaba acceder a Macarella con una furgoneta de color gris llegó a ofrecer hasta 500 euros en metálico al vigilante de seguridad situado en la entrada para que dejara entrar su utilitario en el parking aunque estaba completo al 100 %.
La zona estrenó ayer el servicio de vigilancia privada contratado por el Consell ante los problemas registrados durante el año pasado. Los efectivos acompañarán a los informadores durante tres meses- hasta el próximo 15 de septiembre- en las horas «calientes» del servicio: desde las 10 de la mañana hasta la 1 del mediodía. Y los primeros indicios apuntan a que podrían tener un verano bastante movido.