La polémica sobre las encinas afectadas por las obras de la carretera general, entre Ferreries y Ciutadella, lejos de concluir abre un nuevo capítulo. Los ciudadanos que realizaron su muestreo con visitas y toma de fotografías de la zona donde ha habido movimiento de tierras, reclaman ahora que el Consell haga públicas las actas de seguimiento ambiental de la obra. Guillem Alfocea y Guillem Mercadal, que colgaron la información en redes sociales para desmentir al Consell y al partido de gobierno Més per Menorca (en su boletín se tachaba las críticas de «voces falsarias que pretenden confundir a la opinión pública») quieren conocer además si existió realmente un inventario inicial del arbolado que había en el terreno sobre el que se construye el enlace de El Pilar.
Aseguran que si el número de encinas trasplantadas es de 17, como señaló el conseller de Movilidad, Miquel Preto, «esta cifra comparada con el recuento de pies existentes en la zona hace bajar el porcentaje de encinas trasplantadas al 29,31 por ciento». Preguntan si con dicho porcentaje «se puede continuar afirmando que las encinas han sido trasplantadas y que el encinas no ha sido destrozado».
Por su parte, el Consell emitió este viernes un comunicado en el que insiste en que se ha consumido el menor territorio posible y que el enlace de El Pilar es también un punto de cambio de sentido que compensa la eliminación de un paso subterráneo en la Costa Nova «que era muy impactante».
Aseguran desde la institución que a la entrada de la finca de Alputzer Vell se ha talado una encina de las cinco que había, y que hasta el 23 de junio había doce encinas trasplantadas, cinco pendientes de trasplante definitivo, nueve tocones conservados, y seis encinas arrancadas de las cuales tres ya estaban muertas. Además, se habían trasplantado veinte acebuches u olivos silvestres.