Es Migjorn Gran no deja de sorprender. El nuevo panorama político en el que se verán inmersas las fiestas patronales del municipio dejan movimientos inéditos, tras la renuncia de los cinco concejales del PSOE a las delegaciones de gestión y, por tanto, con todas las competencias municipales en manos de Pere Moll. Al ejercer de caixer batle, será el portavoz del PP, Ramón Verdú, quien asuma algunas de las funciones que hasta el momento venía ejerciendo el concejal de Fiestas. Así, el popular se encargará de recoger, sobre el entarimado, la bandera antes de iniciar el jaleo y de retornarla al caixer fadrí. Además, tal como marcan los protocolos, debe ser el concejal de Fiestas quien entregue al caixer capellà la caña verde del domingo, una función que también asumirá Verdú. Pere Moll explica que los concejales del PSOE anunciaron que no iban a asumir estas funciones «aunque lo propuse a todos». Ramón Verdú indica que hay que saber separar política de las fiestas, considera que los socialistas «están haciendo el ridículo» y asegura que lo hará «con orgullo y ganas».
El alcalde convocó a todos los concejales para una reunión el jueves a la que asistieron los tres del PP y otros tres del PSOE.
Moll redactará, por otra parte, un decreto de alcaldía para los días 29 y 30 en los que delegará sus funciones a la primera teniente de alcalde, Ana-Britt Sánchez, otra situación inédita. Moll indica que nunca antes había tenido que hacerlo a golpe de decreto. Se asumía el cargo por inercia. Ahora existían dudas.
Los concejales socialistas sí asumirán todas aquellas funciones que vengan marcadas por protocolo. Se trata, por ejemplo, de la entrega del bastón de mando y medalla al caixer batle. El protocolo indica que debe hacerlo el alcalde en funciones, en este caso Sánchez (tras aprobarse el decreto). También debe ser el concejal más joven, es decir, Mar Ameller, quien entregue la bandera.
Finalmente, indica que los socialistas volvieron a pedirle que la reunión del jueves contará con un funcionario que levantara acta. «Era una reunión informal, les transmití que no era necesario; si así lo desean, que lo trasladen a las comisiones, las juntas o los plenos», concluye Moll.