Demarcación de Costas abrió un expediente al propietario de la finca -presumiblemente, Torre Nova, que es la más próxima- por la construcción de una escalera con hormigón. Se supone que la infracción se cerró con la sanción correspondiente y con una orden de demolición, según informan fuentes del organismo oficial, pero lo cierto es que el acantilado no ha sido restituido y que la escalera es utilizada ahora por curiosos.
La obra fue denunciada en abril de 2004 por el GOB y ese mismo año fue expedientada por Costas. Ni la autorización ni la legalización eran posibles por hallarse en acantilados marinos que forman parte de un área natural y que disponen de máxima protección paisajística. Además de la vía administrativa, la intervención fue denunciada por delito ecológico por la vía penal, aunque los tribunales desestimaron la comisión de tal delito, según recuerdan fuentes de Costas.
Fondeo
La escalera salva la pared discurriendo en zigzag, tiene unos 300 metros de longitud y conecta la finca con el mar precisamente en una zona muy utilizada como fondeo por embarcaciones cuando las condiciones meteorológicas aconsejan poner rumbo por la costa sur. El domingo pasado, por ejemplo, se reunieron 40 barcos en este lugar, asegura un navegante con base en Alcalfar y que, como tantos otros, aprovecha el fin de semana para realizar alguna excursión náutica. Se trata de un lugar atractivo y por ello es comprensible la concentración náutica, además de su ubicación entre Canutells y Calascoves.
La escalera mueve a la curiosidad y al hallarse en una zona pública anima a los particulares a utilizarla y descubrir que por tierra conduce a una finca particular. El problema -destaca este vecino- es, además de todos los indicios de ilegalidad, el mal estado en el que se encuentra y el peligro que entraña de que se produzca algún accidente.
El riesgo no disminuye por la colocación de carteles que advierten de «propiedad privada» -no puede serlo el acantilado- y «peligro, desprendimientos» para advertir a los usuarios sobre la responsabilidad personal de sus andanzas por el abismo que forma la pared de rocas.
La erosión de los materiales y, al tratarse de una obra no autorizada, la falta de mantenimiento durante más de una década han agravado el riesgo de transitar por un lugar de por sí impracticable. El hormigón y, sobre todo, la madera y el hierro que se utilizaron para construir un pasamanos están muy deteriorados.