Menorca es la isla en la que más se oye hablar catalán –o menorquín–. La única del archipiélago balear en la que su uso es mayoritario. Según los últimos datos estadísticos de que dispone la Dirección General de Política Lingüística del Govern, más de la mitad de los menorquines (el 53,5 por ciento)asegura que el catalán es su idioma habitual, un uso mayoritario que contrasta con la realidad del resto de islas, donde los porcentajes de uso del catalán y sus variantes dialectales bajan ostensiblemente, en una horquilla que va desde el 23,9 por ciento de Eivissa y Formentera y el 27,9 por ciento de la ciudad de Palma, hasta el 45,6 por ciento que se registra en el resto de Mallorca.
Son las principales conclusiones del informe «El català a les Illes Balears», recién publicado por la Conselleria de Cultura, Participación y Deportes. Se trata de un documento que avanza los resultados del estudio demoscópico que se realizó en 2014, el último de estas características que se llevado a cabo y el primero de un alcance similar desde 2003, y que vuelven a situar a Menorca como la isla en la que hay más residentes con el catalán como lengua inicial, como lengua habitual y como lengua con la que se sienten identificados.
No en vano, los resultados de esta encuesta muestran como el 52 por ciento de los menorquines tiene en el catalán su primera lengua, muy lejos del 29,3 por ciento y el 25,5 por ciento que se registra en Palma y las Pitiüses. Tampoco en el resto de Mallorca (46,8 por ciento) se alcanza el nivel de Menorca, donde obviamente el castellano es minoritario como primera lengua.
Algo similar ocurre con la llamada lengua de identificación, la lengua con la que se identifican, independientemente de que haya sido su lengua inicial. En Menorca se registra el porcentaje más alto, el 54 por ciento, dos puntos por encima del obtenido a la pregunta sobre la lengua inicial, lo que muestra, según destaca el estudio, que «hay personas que la han incorporado», una tendencia que tiene que ver más con cuestiones identitarias que con las puramente lingüísticas.
Ese uso más extendido del catalán en Menorca tiene su lógica correlación en la utilización de esta lengua en distintos contextos sociales . Así, los menorquines encabezan el uso de la lengua en los distintos ámbitos, aunque sorprende observar como en el ámbito escolar menorquín, en el que el catalán predomina claramente como lengua de aprendizaje, las relaciones con los compañeros de estudios son mayoritariamente en castellano.
El menorquín
La encuesta también quiere conocer cómo denominan los menorquines a su lengua y sus resultados muestran como la gran mayoría, el 66,3 por ciento, se decanta por llamarla «menorquín», mientras que la expresión «catalán» es solo usada por el 29 por ciento de los encuestados.
Esa denominación, no obstante, no es impedimento para que la inmensa mayoría, el 87,8 por ciento, esté «totalmente de acuerdo o más bien de acuerdo» en que «el habla de Balears, la Comunitat Valenciana, Andorra y Catalunya son maneras diferentes de hablar la misma lengua». De nuevo es la isla con un porcentaje más alto de respuestas afines a esa afirmación, aunque en todas es netamente mayoritario.
Vivim un procés d'erradicació de tot allò que no és castellà arreu de s'Estat. Menorca de moment se salva més que bandes com Eivissa en relació as català. Després ja hi ha idiomes com s'aragonès, pràcticament erradicat (enhorabona "no nacionalistes"). Més enllà de tota sa història que duim damunt, de segles de persecució, ocultació, criminalització i intoxicació contra es català (i altres idiomes, com dic), que és es preludi del que passa actualment, sa causa és molt senzilla: a Menorca, Eivissa, Pontevedra, Biscaia, Osca, Astúries... sa llengua que imposa s'Estat no és sa llengua pròpia històrica des territori. Tots es menorquins han de saber castellà, i açò fa que sigui sa llengua útil en primera instància. Serà sa llengua que aprendrà sa gent que vulgui venir a Menorca des d'allà on sigui; serà sa llengua que aprendran tot d'una es nouvinguts. Tot altre esforç lingüístic que es vegin empesos a fer serà, per tant, un afegitó que podrà ser mostrat com una imposició forçada.