El referéndum se coló de pleno en la sesión del Parlament balear. Una votación sobre una propuesta para reclamar al Gobierno que no aprovechara el referéndum para recortar derechos fundamentales distanció al PSIB y a Més per Mallorca, en plena transición hacia un proceso de soberanismo.
David Abril, uno de los ideólogos de este proceso dirigido a la creación de un estado propio y una república en el horizonte de 2030, se convirtió en el centro de las críticas del PP por haber tildado el día anterior de neofascista la reunión que Rajoy y los principales cargos de su partido mantendrán en Palma este fin de semana. Gabriel Company reclamó la renuncia del diputado nacionalista, le acusó en los pasillos de la cámara de «incitar al odio y a la confrontación». El presidente balear del PP interpreta que Abril incumplió una declaración del propio Parlament de 2013 en la que se instaba a erradicar del debate entre rivales calificativos relacionados con conceptos como dictadura y fascismo. «Que no espere a 2019, que se vaya ya», dijo.
Abril respondió que dimitiría «al día siguiente» de que Company «pidiera perdón por lo robado por el PP» y cuando reclame la renuncia de Gijón y Cabrer.
Una iniciativa de Podemos sobre la independencia judicial, a la que Més per Menorca introdujo una enmienda de adición muy pegada a la actualidad catalana, devolvió este asunto al debate y provocó una división del voto insólita hasta ahora en la Cámara. Hubo 20 votos a favor (Podemos, Més, GxF y dos del PI), 19 en contra (PP, C's y parte del Mixto) y 17 abstenciones (PSIB, dos del Mixto y uno del PI).