La compañía Vueling investigará el caso de la expulsión de dos pasajeras residentes en Menorca que fueron expulsadas del vuelo del pasado sábado por la tarde que conectaba Barcelona con la Isla. El caso ha levantado un auténtico revuelo mediático, sobre todo en las redes sociales, en la que intervino incluso el presidente de la Generalitat cesado, Carles Puigdemont.
Sin embargo, la aerolínea se negó ayer de forma rotunda a hacer cualquier tipo de declaración oficial: «No vamos a decir nada y lo único que podemos añadir es que esperamos a que nos llegue la reclamación presentada por las dos pasajeras para obrar en consecuencia». En las redes, Vueling aseguró que «todas las tripulaciones de aviones basadas en Barcelona hablan catalán. Estamos mirando qué pasó».
45 minutos de retraso
El incidente provocó que el avión saliera con tres cuartos de hora de retraso sobre la hora programada, según relata a este periódico una de las pasajeras que iba en el vuelo, Esperança Arbau, residente en Maó. La mujer, de 71 años, que viajaba en las primeras filas junto a su marido, escuchó gritos en el fondo del avión aunque no entendió el motivo. Luego, explica, «salió una mujer de unos 50 años gritando en castellano '¡nos sacan del avión!'», cuando ya les estaba esperando una pareja de la Guardia Civil.
Tras el incidente, y antes de despegar el avión, el piloto se dirigió por megafonía a los pasajeros, quien explicó que debido a que se faltó al respeto a una azafata asturiana que no sabía catalán, el avión salió con retraso. «Todos los pasajeros del avión, que iba lleno, aplaudieron al piloto», añade Arbau. «No entiendo como la gente puede ser tan fanática del idioma, solo porque sino se habla en catalán, todos nos podemos entender en castellano», añade.
Otro pasajero apuntó que «la azafata simplemente iba a explicarles que estaban sentadas en una salida de emergencia, ante lo cual la señora más joven le dijo que hablase en catalán. La azafata se disculpó y le dijo que no lo hablaba, pero la reacción de la pasajera la hizo llorar».