Cada año son más los pequeños comercios de Menorca que se dejan arrastrar por la gran ola en que se ha convertido el Black Friday, aunque no parecen muy convencidos de que esté teniendo efectos positivos sobre su cuenta de resultados. Desde la liberalización de las rebajas intentan seguir el ritmo de las grandes cadenas y atender a unos consumidores cada vez más exigentes, acostumbrados a las oportunidades que ofrece internet.