El gobierno insular activa su promesa de reubicar la perrera de Maó y estudia distintas parcelas, poniendo como prioridad que se construya en un terreno más grande que el actual. La concejalía de Urbanismo de la ciudad, que cederá la parcela, propuso una serie de opciones en el polígono industrial ayer durante una reunión con la dirección insular de Cooperación Local y en la que estuvieron presentes representantes de las protectoras de animales.
Los problemas más graves de las instalaciones actuales son que quedan por debajo del nivel de la vía pública y que la zona para pasear a los animales es muy limitada, como explica la directora insular del área, Raquel Marquès. La parcela actual es de 4.300 metros cuadrados, pero debido a una forma de trapecio singular, solo pueden usarse 2.500.