Si el Ministerio de Energía no autoriza de forma inmediata ?de hecho ya tendría que haberlo hecho? un sistema para reducir las emisiones contaminantes, a partir del 1 de enero del año 2020 la central térmica del puerto de Maó dejará de tener potencia suficiente para abastecer de energía eléctrica a Menorca, ni tan siquiera en las épocas de menor demanda. Es la crítica situación que denunció este miércoles Endesa y que se agrava aún más al tener en cuenta el plazo estimado de ejecución de las obras de mejora, 24 meses. Es decir, con el calendario en la mano, ya llega tarde.
La compañía eléctrica denunció este miércoles que el proyecto que está tramitando para conseguir reducir la emisión de óxidos de nitrógeno (NOx) se encuentra parado en Madrid, que debe emitir una resolución de compatibilidad, previa al reconocimiento de nuevas inversiones, y abrir un proceso de concurrencia que ni tan siquiera ha sido convocado. La instalación de ese sistema de inyección de agua permitiría cumplir con la directiva europea de emisiones, que marca el 31 de diciembre de 2019 como fecha límite. Tras ese horizonte la gran mayoría de turbinas de la central «no podrán seguir funcionando» advirtió este miércoles la empresa.
La central de Maó cuenta con una potencia instalada de 245 MW, más que suficiente para cubrir la demanda de Menorca, incluso ? como ocurre desde la caída del cable? sin importar electricidad de Mallorca. En pleno verano la demanda alcanza un máximo de 122 MW y en los meses de menor consumo baja a los 65 MW. Sin embargo, si llegado 2020 no se han aplicado medidas de carácter medioambiental, la pérdida de potencia sería determinante. Las turbinas que quedarían legalmente inoperativas suman 204 MW, lo que dejarían a la central con una potencia de tan solo 41 MW.