Científicos del Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados (IMEDEA), del que forman parte el CSIC y la Universidad de las Balears, han solicitado este jueves la ayuda ciudadana para la protección de la nacra, la Pinna nobilis, en el mar Mediterráneo.
En un comunicado, el IMEDEA recuerda la «mortalidad masiva» de esta emblemática especie registrada en el último año en el Mediterráneo Occidental, por lo que los científicos buscan el apoyo de ciudadanos que asuman «el reto de encontrar ejemplares vivos».
Según relatan los científicos, a principios del otoño de 2016, la comunidad científica advirtió la mortalidad masiva del molusco endémico del Mediterráneo Pinna nobilis.
Aunque no puede confirmarse nada al encontrarse en las primeras fases del estudio, todo parece indicar que el causante de esta catástrofe ecológica es un protozoo del género Haplosporidium.
Ante este «panorama desolador», los científicos buscan apoyo ciudadanos para la conservación de la especie.
El grupo de científicos que pretende la conservación de la nacra necesita «multiplicar sus ojos y expandir sus tentáculos» en busca de ejemplares sanos resistentes que «arrojen un estrecho pero ilusionante mensaje de esperanza» para su conservación.
Desde su primera detección en las Pitiusas -Eivissa y Formentera-, la costa Andaluza y Murcia, el parásito se ha extendido provocando una mortalidad cercana al 100 % de los individuos.
En el Mediterráneo español sólo quedan unos pocos supervivientes de cientos de miles de ejemplares, por ejemplo en Cabrera y Menorca, mientras que las poblaciones aún sanas del norte de Cataluña resisten «el azote de este letal parásito» y mantienen la esperanza de recuperar la especie.
Esta «catastrófica situación» llevó al Ministerio de Agricultura, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente en octubre de 2017 a declarar el estado de emergencia nacional, por primera vez en la historia, para una especie.
Tras detectarse este elevado grado de mortalidad se creó el proyecto «Nacras», incluido en la plataforma Observadores del Mar y que es promovido por los grupos de investigación del Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados (IMEDEA (UIB-CSIC) y del Centro Oceanográfico de Baleares del Instituto Español de Oceanografía (COB-IEO).
Las 250 observaciones ya aportadas por parte de ciudadanos en todo el Mediterráneo permitirán ampliar las bases de datos de los científicos para esclarecer fenómenos claves, como la expansión del parásito y ofrecer herramientas esenciales para la conservación de la especie.
También se requiere la ayuda de todos aquellos ciudadanos que tengan posibilidad de sumergirse en estos meses de invierno para intensificar la búsqueda de ejemplares supervivientes.