Mientras el debate se está centrando principalmente en la llamada zonificación, en las zonas de Menorca en que se podrá destinar una vivienda al alquiler turístico, otro de los requisitos que marca la Ley Turística, la antigüedad mínima de cinco años para que una vivienda se pueda destinar a esa actividad, ya está teniendo efectos sobre el sector inmobiliario. Fuentes del sector bancario señalaban este viernes que un buen número de promotores que habían acudido al banco en busca de financiación para construir chalés se están echando atrás ante la imposibilidad legal de lograr un rendimiento por la vía del alquiler turístico hasta que no pase un lustro.
Los bancos ?los que aportan la financiación necesaria- están siendo los primeros en percibir este efecto de la nueva legislación y desde el sector de los constructores y promotores confirman la tendencia. El presidente de la Asociación de Empresas de la Construcción y Promotores de Menorca, Nicolás Bosch, reflexionaba ayer en este sentido: «¿Quién va a construir si luego no podrá alquilar la casa?» Y alerta sobre las consecuencias: «Si no hay seguridad de poder sacar un rendimiento, los promotores buscarán otro sitio, se irán de Menorca».