Pocas entidades pueden presumir de cumplir 25 años de existencia. Vida Creixent, el movimento cristiano reconocido y aprobado por la Conferencia Episcopal española que propaga el mensaje del Evangelio entre el colectivo de personas mayores de la Isla es uno de ellos.
Bajo el lema de la espiritualidad, el apostolado y la amistad, este grupo de seglares ligado a la Iglesia católica vio la luz en Menorca de la mano del que hoy es el obispo de Mallorca, el menorquín Sebastià Taltavull, siendo su primer presidente el médico y periodista Mateo Seguí.
A este último le siguieron en la dirección de Vida Creixent el matrimonio formado por Pau Gorrias y Paula Pons, quienes compartieron la presidencia; Faustino Pons; Fraterno Lluc; y Antoni Fedelich junto a su esposa, Joana Carmen Fedelich.
En la fiesta de celebración de estos 25 años que tuvo lugar el pasado 2 de febrero se entregó una placa de reconocimiento a los expresidentes y a sus familiares.
En la actualidad es otro matrimonio el que ha asumido la presidencia de este movimiento de forma compartida desde septiembre del año pasado: José Coll y Maria Martí, nacidos en Ferreries.
«Hace unos cinco años que entré a formar parte de Vida Creixent, aunque he pasado mi vida ligado a la Iglesia católica», explica José Coll. Tanto él como su mujer han orientado su vida al servicio de los demás, ejerciendo de catequistas durante una temporada. «Tuve que dejarlo en 1975, porque no lo podía compatibilizar con mi trabajo como payés», recuerda Coll.
Entre las actividades anuales que organiza Vida Creixent, destaca la celebración de una jornada de formación, cuyo último encuentro tuvo lugar a mediados de diciembre del año pasado en el Centro de Convenciones de Es Mercadal, a cargo del rector de la Catedral de Menorca, Josep Manguán, bajo el título «Las parábolas de Jesús».
La celebración de la festividad de la Candelera el dos de febrero, los retiros espirituales y la organización de un encuentro a final del curso parroquial son otros de los acontecimientos que marcan su agenda.
Vida Creixent en Menorca está formado por unos 200 miembros, divididos entre una veintena de grupos asociados a las diferentes parroquias de la Isla. Hoy día, solo Es Migjorn y Fornells carecen de estos grupos, pero se intenta recuperarlos desde la Diócesis.