El PSOE rechaza cualquier acuerdo con el Partido Popular para arrebatar la alcaldía de Sant Lluís a Montse Morlà. Los dirigentes socialistas insulares no ven bien esta alianza con la derecha. Y piden a Morlà que reflexione la decisión porque «retirar las competencias dejaría al Ayuntamiento en una situación de grave inestabilidad política y en una alarmante parálisis que los ciudadanos no se merecen».
El PSOE se decanta, así, por mantener el pacto de gobierno municipal porque «llevar el día a día del Ayuntamiento con solo cuatro de los trece concejales demuestra una grave irresponsabilidad». Cierra filas con sus dos ediles cuyas actuaciones «han estado siempre motivadas por defender los intereses generales de Sant Lluís». Y considera que las acusaciones de deslealtad y traición hacia los dos grupos políticos que le apoyan sin hacer autocrítica sobre su actitud «no ayuda a resolver la grave crisis que Morlà ha provocado con sus declaraciones». Los socialistas ponen el dedo en la llaga al recordar que al desencuentro con PSOE y PI se le suma la desafección de los dos concejales de Volem que acabaron dimitiendo.
La alcaldesa Montse Morlà tiene la decisión de retirar las competencias a sus socios de gobierno «prácticamente tomada». Lo hará una vez se haya podido reunir tranquilamente con los otros tres concejales de Volem Sant Lluís. La alcaldesa cree que adoptará la decisión este viernes tras valorar el pleno de esta noche. No obstante, podría precipitarse. Tan solo hace falta un decreto de alcaldía. Considera que el objetivo de sus socios es «provocar una ruptura y que les retire las competencias» y les anima a «que sean coherentes y dimitan».
Morlà indica que podría reconducirse la situación si hay un guiño a la reconciliación por parte de PSOE y PI y piden disculpas públicas. Lo duda. A pesar de ello, considera que las tres formaciones son «padres de la criatura y si se produce un divorcio quiero que sea acordado y sigamos sumando» porque si Volem asume las áreas que gestionan PSOE y PI «daremos continuidad a los proyectos iniciados, políticamente no hay divergencias». Morlà pretende, con ello, que los partidos pasen a la oposición pero sigan apoyándoles. Tanto PI como PSOE lo rechazan. «No le daremos un cheque en blanco», apunta Borrás, a lo que Llorenç Carretero agrega que «quien debe estar enfadado soy yo porque los proyectos de mis áreas no avanzan» y lamenta la actuación de la alcaldesa que «debería habernos reunido primero e informado de que nos quitaría las competencias, parece una rabieta de niña pequeña». Carretero descarta avanzarse a los acontecimientos porque «es hablar de conjeturas». De ahí que no se posicione sobre un posible, casi improbable, acuerdo con el PP.