Ningún concejal del PP participó en el primer viaje de la línea a Macarella porque, en primer lugar, «no estamos de acuerdo con la imposición de un servicio que coarta las opciones de los ciutadellencs» a la hora de ir a la playa, asegura el portavoz del grupo municipal, Joan Benejam.
El argumentario es más amplio, desde el Consell no se ha realizado ni una sola propuesta alternativa, además no se ha consensuado nada ni ha habido una planificación para un tema tan importante como el turismo, explica en segundo lugar.
A continuación, atiza al Ayuntamiento, que «en vez de defender los interese generales de los ciutadellencs, han dado por bueno un sistema exclusivo que no soluciona el problema real», añade el Grupo Popular en un comunicado.
Hay más, «esta no es la imagen que hemos de dar al turista que viene a visitarnos. Es la propuesta típica de los partidos políticos que padecen turismofobia grave», acusa Benejam.
Hay un pequeño reconocimiento a la idea al señalar que el «sistema de bus lanzadera es interesante, pero no puede ser un sistema exclusivo ni mucho menos excluyente». Y completa su posición censurando que todavía no se haya resuelto la problemática del aparcamiento de los vehículos particulares cuyos ocupantes utilicen el servicio de bus.
«Nos venderán», concluye, «que se podrá ir igualmente a merendar a Macarella, eso sí pagando el billete y cuando haya disponibilidad de bus. Es incomprensible».