Desde hace años los científicos insisten en el concepto de dinámica del litoral. El oleaje, el viento, las variaciones del nivel del mar y las corrientes modifican la configuración de los arenales playeros. Varias playas de la costa sur de la Isla han visto alteradas sus masas de arena en la superficie seca, a la espera de que el oleaje normal vuelva a depositar la tierra. El caso más grave es el de Binigaus, que en pleno mes de mayo es casi un pedregal, pero el mejor estudiado es el de Son Bou.
Temporales
Desde el año pasado, la distribución de la arena de Son Bou es diferente a la que conocíamos en los últimos años. Lluís Gómez -Pujol, profesor de Geodinámica de la UIB y miembro del grupo de investigadores del Imedea que colabora con el Socib, explica que estos cambios tienen su origen en dos temporales muy energéticos que se produjeron a mediados de enero y a finales de febrero de 2017. Durante varias horas batieron olas de una altura de dos metros que procedían de una dirección del Sudeste, nada habitual en los registros que se disponen desde 2010. Estos temporales se tradujeron en un transporte de los sedimentos arenosos desde la zona oriental hacia la más occidental de la playa de Son Bou.
La anchura de la playa se redujo en la zona del Clot de ses Dones y Ses Canessies (Este) y en el área situada a lo largo del Prat de Son Bou. En cambio, la masa de arena se duplicó y casi triplicó en el Oeste de la playa, el sector de Punta Rodona y Talis.
A lo largo del año pasado prevalecieron las condiciones de dirección del oleaje hacia el suroeste, a diferencia de las últimas seis temporadas. Este año se ha producido además un mayor número de pequeños temporales que han propiciado que los mecanismos habituales de recuperación natural de la playa de Son Bou aunque la situación del arenal seco está más normalizada con respecto al año pasado.
Los investigadores también han observado que una parte de la arena se ha desplazado mar adentro y permanece entre los acantilados sumergidos de rocas que protegen la playa de Son Bou en el sector oriental y en el límite superior las praderas de posidonia. Además en los últimos años la cota topográfica del sistema dunar ha aumentado gracias a la aportación de arena de la playa sumergida a la seca.
«La superficie de una playa -dice Gómez-Pujol- no es una constante como si se tratara de una postal o de un jardín. En función de la energía del oleaje son más o menos estrechas y se recuperan con mayor o menor velocidad».
Roger Ferrer, concejal de Urbanizaciones y Medio ambiente de Alaior, confirma que los temporales van trazando nuevas configuraciones del arenal. Su impresión es que este año el trazado de Son Bou se va normalizando. El tiempo tiene la última palabra.