Continúa el degoteo de retrasos en las conexiones aéreas de Vueling con Menorca, que se agravan aun más cuando finalmente los viajes son cancelados. Ya de lleno en la temporada turística, el número de casos asciende, y se multiplica el número de personas afectadas.
Es el caso de Daniel Salom y Albert Hui, residentes en Sidney, que relatan el «infierno» para pasar sus vacaciones en Menorca, tardaron 30 horas en llegar desde San Sebastián. La aventura comenzó el lunes en la ciudad vasca, donde tenían que coger un avión con destino Barcelona para luego enlazar con la Isla.
Primer obstáculo: el vuelo fue cambiado por otro, que en lugar de despegar de San Sebastián lo hizo en Bilbao, tuviendo que desplazarse en autobús durante dos horas. «Una vez ahí, y por fin en el avión, nos tuvieron una hora dentro esperando para despegar, sin comida ni agua», explica Daniel. Finalmente llegaron a la Ciudad Condal, a las 23 horas, pero perdieron el enlace con Menorca.
«Al llegar a Barcelona no había nadie esperando para informar a los pasajeros sobre dónde ir o qué pasaba con el equipaje», relata. A las 2.40 de la madrugada consiguieron un hotel, y plaza para viajar a Menorca con el último vuelo de este martes. «Al personal de Vueling les caía la cara de vergüenza y no lo escondían», añade.
El siguiente obstáculo de la aventura de Daniel y Albert fue este martes, cuando «a las 12 del mediodía nos obligaron a salir de la habitación del hotel».
Finalmente, la odisea terminó lanoche de este martes, con el vuelo de las 20.50 horas. Aunque despegó con retraso, llegaron a Menorca a las 22 horas. En total, perdieron una noche del hotel de Cala Galdana donde tenían reservadas sus vacaciones, y también la reserva del coche de alquiler. Y es que «tardamos prácticamente 30 horas en viajar de San Sebastián a Menorca. Y solo 23 en hacer el viaje entre Sidney y Barcelona», compara Daniel.
Vuelo cancelado
Ya el pasado fin de semana hubo más problemas en los vuelos con Barcelona, que arrastraron retrasos. Bien lo sabe el rector de Sant Antoni Maria Claret de Ciutadella, Bosco Martí, que viajó a la Ciudad Condal con tres horas de demora. Sin embargo, la vuelta a la Isla fue peor. Tenía que regresar el lunes con el avión de las 20.05 horas, pero «nos engañaron toda la tarde con SMS», explica. «Al principio, informaron que había un retraso de dos horas. Luego, y a través de la megafonía, nos avisaron hasta tres veces de que cambiaban la puerta de embarque», añade.
Hasta que, a las 23 horas, el personal en la puerta de embarque «comunicó que finalmente el vuelo fue cancelado y que debíamos ir a las ventanillas de reclamación». Fue allí donde comenzó otra odisea, la de encontrar una salida para los 180 pasajeros afectados: «En las ventanillas inicialmente solo había dos personas que tuvieron que aguantar las quejas de los usuarios, con lo que la cola de espera fue larga». Finalmente, consiguió un vuelo para hoy miércoles, a las 11 de la mañana, es decir, con un retraso de 39 horas para volver a Menorca. Mientras, fue trasladado en autobús a un hotel de Calella, donde llegó a las 3 de la madrugada. Martí no obstante optó por regresar ayer por la tarde cogiendo otra compañía, Air Europa. «Las personas no somos importantes para Vueling. Que esto suceda dos días seguidos y con agravante, demuestra la inaptitud de sus dirigentes», denuncia.